"Si alguien tenía duda sobre el carácter del anterior Gobierno, el informe de la OEA es suficientemente claro, aquí se pretendió manipular la voluntad del pueblo (...), los hallazgos encontrados por la OEA son pavorosos", dijo Áñez en un acto en el Palacio de Gobierno.
La senadora opositora que se proclamó presidenta interina el 12 de noviembre, dos días después de la renuncia forzada de Morales, sostuvo que en Bolivia se intentó un "fraude monumental", un "acto criminal que se gestó desde la propia Presidencia" en procura de prolongar la permanencia del líder indígena en el poder.
Morales dimitió al cabo de tres semanas de diversas protestas ciudadanas contra el fraude denunciado, que terminaron convertidas en una insurrección liderada por comités cívicos con el apoyo a última hora de los altos mandos militar y policial.
Áñez, cuyo Gobierno ha acusado a Morales en la justicia local por sedición y terrorismo y considera llevar el caso a un tribunal internacional, advirtió que el expresidente podría enfrentar también un proceso por su presunta responsabilidad en el fraude denunciado que llevó a la anulación de las elecciones de octubre.
"Ni la historia de nuestra amada Bolivia, ni la justicia, ni Dios podrán dejar de sancionar este acto criminal" ejecutado por Morales "solamente con el afán de perpetuarse en su modelo de poder corrupto, ilegal y violento", dijo la gobernante de facto.
"Ahora entiendo mejor la forma en que tuvieron que huir de Bolivia tanto Morales como su pequeño grupo de activistas violentos y criminales. Hay que ser un gobernante sin honra para intentar mofarse de esa manera de todos los bolivianos", añadió.
Áñez hizo estas afirmaciones en su discurso en un acto presentación de una autoridad electoral regional, como parte del proceso de organización de nuevas elecciones generales en marco o abril del próximo año.