La negativa de la parte turca de dar su respaldo al plan del bloque el pasado 27 de noviembre tiene que ver con la dura condición que impuso. Ankara exige que la alianza reconozca las unidades kurdosirias YPG como terroristas.
Los turcos toman como rehén a Europa del Este al bloquear la aprobación del plan militar, comentó a Reuters una fuente diplomática que prefirió permanecer en el anonimato. Otra fuente anónima calificó las acciones de Turquía de "perturbadoras". Era de esperar que la actitud de Turquía desconcentraría a muchos en Occidente porque esta socava los principios de la organización.
Al mismo tiempo es lógico que Ankara se preocupe ante todo por su propia seguridad y la ponga delante de los intereses de sus aliados. Además, el país otomano está en situación de expresar su opinión puesto que dispone del segundo Ejército más grande en el bloque, después de Estados Unidos. Asimismo, no se puede excluir que, de esta manera, Ankara paralelamente hizo un gesto de solidaridad con Moscú.
Seguridad nacional ante todo
Ankara no quiere socavar el funcionamiento de la Alianza Atlántica porque en la etapa actual no está interesada en la desintegración del bloque, añadió.
Después de la disolución de la Unión Soviética ya no quedan amenazas externas para Turquía, pero sí que hay amenazas internas y hay los que consideran que la OTAN juega un papel en la estabilidad dentro del país. Mientras Turquía forme parte de la alianza, su integridad territorial está garantizada, explicó.
Las discrepancias en la alianza acerca de las acciones de la parte turca respecto a la cuestión kurda sí existen, admitió este 28 de noviembre el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Indicó que los miembros del bloque no pueden decidir cómo reaccionar a las operaciones de Ankara en el norte de Siria.
Sin alternativa
Teóricamente es posible que los países de la OTAN, hartos de las acciones demasiado independientes de las autoridades turcas, decidan expulsar al país, pero tal escenario no parece probable porque esto será difícil de hacer, declaró Durre.
La canciller federal alemana, Angela Merkel, declaró el pasado 27 de noviembre que Turquía es un socio difícil, pero al mismo tiempo argumentó que es necesario que permanezca dentro de la alianza por razones geoestratégicas.
Además de tener el segundo Ejército más poderoso en la alianza, Turquía goza de un objeto de infraestructura crucial militar para la OTAN, que es la base aérea Incirlik, de donde el bloque efectúa sus operaciones en la región.
"En el contexto del auge de la influencia de Rusia tanto en la región de Oriente Medio como en el mundo la expulsión de Turquía de la organización militar sería un gran error que traería consecuencias muy graves para el bloque en su totalidad", expresó Ikbal Durre.
La expulsión de Turquía de la OTAN la empujará hacia Moscú y esta la recibirá con los brazos abiertos. Por eso es lógico que el bloque se abstenga de las acciones que puedan resultar en la salida del país otomano.
Turquía, un puente entre Occidente y Rusia
El país otomano es un puente entre los dos y esto le conviene incluso a Moscú, aseguró el experto.
Turquía, por su parte, trata de no tomar parte en juegos políticos dirigidos contra Rusia. En particular, esto se refleja en la negativa de Ankara a introducir las sanciones antirrusas y, además, tiene una postura bastante prudente hacia Crimea, si bien, no lo reconoce como parte de Rusia.
Teniendo en cuenta la importancia del gas ruso para los países europeos, las buenas relaciones entre Ankara y Moscú son un factor determinante para la estabilidad por lo cual la amistad ruso-turca le conviene al viejo continente, prosiguió.
¿Ambiciones neotomanas?
Turquía está involucrada cada vez más en los eventos que suceden en Oriente Medio. Algunos atribuyen las actividades de Turquía en la región a la política neotomana del Gobierno turco. De hecho la popularidad del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo —cuyo líder es el presidente Recep Tayyip Erdogan— se debe en gran medida al uso de la retórica neotomana.
"Sin embargo, es difícil de hacer estas ambiciones realidad porque hay otros jugadores importantes, entre ellos, Rusia. Si no fuera por la involucración de Moscú, Ankara con el apoyo de Washington podría en cierta medida llevar a cabo sus ambiciones en Oriente Medio", dijo el entrevistado.
Rusia es la potencia dominante en Siria, por lo tanto, sería imposible hacer realidad todas las aspiraciones de Turquía. El Gobierno turco lo entiende, por eso, coopera activamente con Moscú y resuelve todas sus discrepancias a través de las negociaciones al más alto nivel.