En el transcurso de la inspección del inventario de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas de EEUU, los auditores de la compañía Ernst & Young revelaron que 79 misiles nucleares Minuteman III están registrados en lugares equivocados. Es un hecho alarmante, puesto que estos misiles balísticos intercontinentales componen casi el 20% del arsenal total de este tipo de armas, indica el medio Bloomberg.
De acuerdo con Norquist, se desconocía la ubicación solo de los motores de estos proyectiles, que fueron desmontados para el mantenimiento técnico.
El informe de la auditoría señala que, en la documentación de los militares, esta denominación se le otorga tanto a los motores como a los misiles balísticos intercontinentales ensamblados.
Puesto que los responsables de la logística de los Minuteman III no corroboraban los datos sobre los movimientos y las ubicaciones de estos proyectiles, ni siquiera se puede saber con certeza si se perdieron de vista los propios misiles, sus motores o las dos cosas al mismo tiempo. Solo se sabe que 79 de ellos no estaban donde tenían que estar según la documentación.
Además, la compañía destacó que la Fuerza Aérea de EEUU no siguió las recomendaciones que se le dieron sobre la etiquetación y uso de nuevos sistemas de control de inventario tras la primera ronda de la auditoría. Este alarmante hecho no es el primero en el que los militares responsables de las armas nucleares de EEUU protagonizan un escándalo.
Escándalos nucleares en EEUU
Uno de los incidentes más recientes ocurrió en la base aérea de Minot, en Dakota del Norte, donde se albergan al menos 150 cohetes Minuteman III. En el transcurso de una investigación, los militares estadounidenses dieron con un porro de marihuana escondido en el territorio de las instalaciones.
También hubo casos no relacionados con las drogas, sino con la simple incompetencia, como ha ocurrido en agosto de 2007 en Dakota del Norte. Allí, los misiles de crucero AGM-129A de entrenamiento tenían que ser transportados entre dos bases aéreas para su posterior destrucción.
Para recogerlos arribó un bombardero B-52, en cuyos pilones exteriores se colocarían los proyectiles. No obstante, los militares se equivocaron y seis de los 12 misiles estaban armados con ojivas nucleares porque nadie comprobó que fueran los correctos: ni los transportistas que los recogieron del hangar, ni los oficiales que se responsabilizaron de ellos.
Aparte de estos fallos de seguridad, cabe destacar que, al igual que Rusia, en EEUU está prohibido el transporte de armas nucleares por vía aérea con el fin de prevenir accidentes graves. El error fue detectado una hora y media después de que comenzara la descarga del material nuclear a la aeronave. A todos los involucrados en la historia se les revocó la licencia para trabajar con armas de este tipo, pero por lo visto no sirvió de advertencia para los demás.