"Creo que el golpe de Bolivia no altera la correlación de fuerzas, porque es un país pequeño; lo que siempre altera la correlación de fuerzas es cómo se mueven los grandes países, y en los países de nuestro continente creo que las fuerzas progresistas están avanzando", dijo el dirigente.
"En la correlación de fuerzas todavía estamos ganando, a pesar de la derrota en Bolivia", insistió.
El dirigente añadió que todavía falta saber cómo se van a desarrollar las crisis que atraviesan países más pequeños, como Chile, Ecuador y Perú.
Esos países "todavía están en una dinámica que nadie puede decir lo que va a pasar; es un volcán, puede ocurrir cualquier cosa", advirtió Stédile.
El activista por la reforma agraria observó que en Chile incluso puede haber un "golpe militar", porque en ese país "las Fuerzas Armadas son pinochetistas", en referencia al fallecido dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
"¿Cuándo va a explotar? No sabemos. Pero sí sabemos que esa forma de dominación de los gobiernos de derecha, como fue [el del presidente Mauricio] Macri en Argentina, aunque manipulen y ganen las elecciones, no resuelven los problemas de la gente; al contrario, los agravan, y al hacerlo van armando bombas de insatisfacción popular, que tarde o temprano van a explotar en nuestro continente", observó.
Terrorismo
Para Stédile, la renuncia de Morales fue una respuesta humana más que política, que el líder boliviano tomó luego de los ataques y amenazas contra él, su familia y varios dirigentes de su partido, el Movimiento al Socialismo.
"La renuncia de Evo solo se explica desde el punto de vista psicológico; cuando empezaron a agredir a sus familias, a quemar la casa de su hermana… eso lleva a un nivel de tensión, que uno más que dirigente político es un ser humano, y reacciona", observó el dirigente.
Stédile opinó que con Morales en el exilio, las elecciones que debe convocar el Gobierno de facto que preside la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez "adquieren un nivel de mucha más disputa ideológica".
"Ahora no es solo hablar sobre si el de Evo fue un buen Gobierno; ahora lo que está en juego es la democracia", aseguró el dirigente brasileño.
Bolivia está envuelta en una crisis política desde que el 10 de este mes Evo Morales (2006-2019) renunció a la presidencia, presionado por las Fuerzas Armadas y la policía y luego de varias semanas de protestas por un presunto fraude electoral en los comicios del 20 de octubre.
La investidura de facto de Áñez fue avalada por el Tribunal Constitucional.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos contabilizó al menos 23 muertos y 715 personas heridas desde el inicio de la crisis, entre ellos al menos nueve fallecidos y 122 heridos por represión combinada de la policía y fuerzas armadas desde el 15 de noviembre.
Ese día los uniformados arremetieron contra una marcha de cocaleros en el departamento boliviano de Cochabamba (centro).