El destino de la Unasur, aquel bloque político suramericano que nació formalmente en 2011, no ha dejado de ensombrecerse en los últimos meses, a medida que varios de los países de la región anunciaron su salida o adoptaron decisiones con el único propósito de bloquear su funcionamiento. Ahora, el Gobierno de facto en Bolivia puede asestar un revés casi definitivo a la organización.
En su apogeo, la Unión de Naciones Suramericanas estuvo integrada por casi todos los países de América del Sur: Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, Chile, Colombia, Venezuela, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Guyana y Surinam.
El consenso entre los gobiernos logrado en 2004 —a partir del avance de sectores y liderazgos progresistas como Hugo Chávez en Venezuela; Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil; y Néstor Kirchner en Argentina; entre otros— permitió lograr algo inédito hasta entonces: agrupar a los países suramericanos en un bloque que no tuviera la injerencia de EEUU.
También en esa etapa los países resolvieron que la Secretaría General tuviera su sede en Quito, la capital de Ecuador. Allí se construyó, a partir de 2012, el edificio que funcionó como sede de la Secretaría General y que se inauguró en 2014 con el nombre de 'Néstor Kirchner' en honor a su primer ocupante, fallecido en octubre de 2010.
El edificio, ideado por el arquitecto ecuatoriano Diego Guayasamín, insumió una inversión de 43 millones de dólares por parte del Gobierno de Ecuador, presidido por Rafael Correa en aquel entonces. Con cinco pisos de alto, 20.000 metros cuadrados de superficie y 17.000 de exteriores, la sede del organismo sorprendió por su modernidad y tecnología.
El lugar también destacaba por la estatua de bronce de Kirchner de más de 2 metros de alto y unos 600 kilogramos de peso que el Gobierno argentino donó para la inauguración. Su confección estuvo a cargo del escultor argentino Miguel Jerónimo Villalba y en su momento costó cerca de 1 millón de pesos argentinos (unos 17.000 dólares a valores actuales).
De todas maneras, el edificio fue inaugurado en 2018 por Evo Morales. Construida con fondos del Gobierno boliviano, la sede incluye un área de oficinas de 12.000 metros cuadrados y un centro de convenciones de 18.000 metros cuadrados.
Si bien la sede no llegó a ser utilizada para las sesiones del Parlamento, el Gobierno de Morales lo ofreció en 2018 como alternativa para la sede de la Secretaría General, ante la decisión de Ecuador, bajo el Gobierno de Lenin Moreno, de abandonar el bloque. En ese marco, el entonces canciller boliviano Diego Pary ofreció la sede de Cochabamba para que la Unasur continuara funcionando tras el cierre de la sede en Quito, al menos hasta que los países miembro adoptaran una nueva resolución sobre una nueva sede.
A fines de setiembre de 2019, medios ecuatorianos reportaban que la sede de Quito ya casi no tenía trabajadores en su interior y que muchos de los muebles y expedientes de las oficinas habían sido trasladados hacia una bodega. Lo mismo sucedió con la estatua de Kirchner, cuyo retiro había sido aprobado por la Asamblea Nacional ecuatoriana.
¿Adónde irán ahora los objetos de la sede? Con Bolivia fuera, la Unasur ahora integra únicamente cuatro países: Venezuela, Uruguay, Guyana y Surinam. Sin embargo, ninguno de ellos se ha expresado por el momento sobre el posible cambio de sede.
La Unasur también dejó de tener actividad virtual. Su sitio web, por ejemplo, ni siquiera está disponible. Las redes sociales dejaron de publicar en mayo, un mes antes de que dejaran de funcionar oficinas importantes del bloque como el Instituto de Salud de Unasur.