La inflación es uno de los problemas económicos que más afecta a los argentinos. Marcó en octubre un alza de 3,3% (en un mes, lo que tiene Colombia en un año, por ejemplo) y un incremento interanual de 50,5%, por lo que es la segunda más grave del mundo, más del doble que la tercera en el ránking (Angola, con 21%).
En una economía bimonetaria como la argentina, que usa tanto el peso como el dólar como referencia, la devaluación de la moneda local termina por ser la principal determinante de la inflación, aseguran los economistas.
Doble moneda, doble estándar
"Argentina funciona en un patrón bimonetario donde como unidad de cuenta y reserva de valor se utiliza el dólar. Esto obedece no a un problema cultural sino a un aprendizaje de las últimas cuatro décadas por los efectos que tuvo la liberalización de la economía desde la dictadura militar (1976-1983)", explicó a Sputnik Francisco Cantamutto, miembro de la Sociedad de Economía Crítica (SEC).
Recientemente, referentes económicos cercanos al Frente de Todos, la fuerza política que asumirá el Gobierno en Argentina el 10 de diciembre, plantearon la necesidad de desdolarizar la economía para generar crecimiento y estabilidad.
"La desdolarización es un intento de superar el gran problema que tiene Argentina que es la restricción externa, que quiere decir que tenemos faltante de dólares, con un factor exógeno y otro endógeno", dijo a Sputnik el economista Nicolás Litvinoff, director del sitio de capacitación financiera Estudinero.net.
En momentos de crisis, se provocan las famosas "corridas" de los depósitos y las inversiones en pesos al dólar, y lo que es más grave, la masiva fuga de divisas del sistema financiero local al extranjero o a cajas de seguridad ("bajo el colchón").
La divisa estadounidense pasó de valer 37 pesos en enero de 2019 a alrededor de 60 pesos en la actualidad, sostenido en los últimos meses gracias al control de cambios ("cepo"). Esto por un lado genera un mercado paralelo y diferentes tipos de valores, y al mismo tiempo la posibilidad de generar un atraso cambiario. "Sincerar" el tipo de cambio implicaría generar más inflación pero mantenerlo provoca la pérdida de competitividad internacional.
"Los que más se benefician son los que tienen acceso a la divisa, que es en general una clase pudiente, que exporta o cobra en dólares. Esta economía bimonetaria lleva a constantes devaluaciones y saltos del dólar que hace que estas personas tengan un efecto de riqueza permanente", analizó Litvinoff.
Pesificación y autonomía
"Desdolarizar la economía es clave para ganar soberanía política. En la medida en que Argentina funciona en pesos pero también en dólares, esto dificulta la puesta en práctica de políticas económicas y hace que fracasen incluso buenas ideas", remarcó Cantamutto.
Los economistas concuerdan en que no se trata de un proceso sencillo y que solo se puede pensar en el mediano y largo plazo, ya que implica generar un cambio de paradigma en el mercado local, aunque existen ciertas medidas que pueden comenzar a ser implementadas.
"Hoy las operaciones inmobiliarias están nominadas [tasadas y valuadas] y muchas veces realizadas en dólares [se paga en billete verde]. Esto no tiene ningún sentido siendo que el mercado inmobiliario por definición es lo menos movilizable del capital: no se puede trasladar a otra parte", opinó el economista de la SEC.
A su juicio, es fundamental pesificar los precios de los alimentos porque, como gran parte de la producción que se exporta, estos "quedan atrapados en precios internacionales que no responden a las necesidades de la población que aquí habita".
Necesidad versus resistencia
Ambos economistas mencionaron como objetivos: la deuda pública en pesos y no en dólares; pesificar el ahorro con tasas de rentabilidad positivas, y contar con instrumentos que garanticen la reserva de valor para evitar la fuga, así como controlar la estructura productiva con regulaciones en el acceso a las divisas.
"El gran generador de dólares es el sector exportador pero, por diversas medidas equivocadas que se tomaron en el Gobierno de Mauricio Macri, muchos de esos exportadores se financian a tasas subsidiadas en pesos y gran parte de los dólares quedan en el exterior, agudizando el problema", sostuvo Litvinoff.
"Sería necesario aplicarlas de modo consistente. Por supuesto van a generar resistencias, no solo del poder económico concentrado sino del sentido común decantado que presume que es natural el manejo de una economía en dólares", completó Cantamutto.