Unificado para hacerle frente al Gobierno del presidente argentino, Mauricio Macri, el peronismo, ese gran movimiento político tan difícil de describir y definir por lo heterogéneo de sus posturas y representantes, viene de lograr algo que parecía imposible hace unos meses, con el triunfo en las elecciones del 27 de octubre.
"El sindicalismo tiene que convertirse en el núcleo convocante para la permanente unidad del campo popular. La clase dominante despojada del poder político tiene todo su poder intacto y una actitud hostil", dijo a Sputnik Hugo Yasky, secretario general de la CTA.

"Hay que tener la capacidad de movilizar y de estar en la calle las veces que sean necesarias para sostener las políticas de un Gobierno popular que va a necesariamente tocar intereses de los sectores más concentrados, que se niegan a abrir la mano, que quieren seguir manteniendo sus rentas extraordinarias a costa del hambre del pueblo argentino", anticipó.
Aquella tarde de principios de octubre, quien encabezó el Congreso de la CTA fue Yasky, referente del gremialismo, y quien cerró el acto fue el entonces candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, ahora presidente electo, quien asumirá el Gobierno de un país en una severa crisis económica el 10 de diciembre.
"En Argentina va a haber una vuelta de página de lo que ha sido este Gobierno de Mauricio Macri que, además de representar la forma más cruenta del neoliberalismo, la especulación financiera, ha significado el avasallamiento de derechos a través de una persecución que se instaló utilizando parte del aparato judicial para demonizar al sindicalismo y la oposición", denunció Yasky.
Construir un sindicalismo latinoamericanista

"Tanto Macri como [el presidente de Brasil, Jair] Bolsonaro están inmersos en una carrera para ver quién se arroja primero a los brazos de Donald Trump [presidente estadounidense], quién profesa primero la religión del 'patio-traserismo' que los EEUU quieren para Latinoamérica", sentenció Yasky.

"Tenemos un debate a nivel continental y global. Tenemos que construir un sindicalismo sociopolítico. No es lo mismo para los trabajadores tener un Gobierno de derecha, de centro o uno progresista. Tenemos que involucrarnos en la resistencia a las políticas de ajuste neoliberales y defender la democracia", dijo el referente docente a Sputnik.
Baradel aseguró que la situación socioeconómica en la Argentina que recibirá el próximo presidente va a ser difícil debido a "una deuda externa enorme y una interna urgente". Sin embargo, destacó como positivo el hecho de que los trabajadores y los gremios tendrían "un Gobierno que escuche y no que ataque como el anterior".
"Alberto Fernández ya dijo que en estas condiciones el país no puede pagar la deuda y que primero hay que priorizar las necesidades que tiene la gente, el pueblo, los jubilados, los trabajadores. No quiere decir que no va a pagar sino que hay que discutir y renegociar", aclaró.