En el Mercado andino de Liniers de la ciudad de Buenos Aires, a 2.500 kilómetros de distancia de La Paz, capital de Bolivia donde todavía se producen manifestaciones en rechazo al golpe de Estado que produjo la renuncia y exilio del expresidente Evo Morales, los paisanos del país vecino no ocultan la tristeza.
"Sentimos mucha impotencia por todo lo que están viviendo nuestros hermanos bolivianos. La gente joven no ha visto el pasado, los gobiernos anteriores. No teníamos luz ni agua potable en nuestras propiedades, no teníamos gas para cocinar, no había carreteras. Evo nos ha dado para todos, para campesinos y profesionales. Sinceramente estamos muy dolidos", dijo a Sputnik Olivia, dueña de un restaurante, quien llegó a Argentina en 1991.
Olivia destacó el trabajo que se realizó durante los 13 años de Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS) en la construcción de carreteras para conectar a los pueblos rurales, la apuesta por la creación de empleo y la inversión social, en educación y salud aun en las zonas menos desarrolladas de Bolivia.
Una ventana al corazón de Bolivia
El Mercado andino de Liniers es un colorido centro comercial urbano de algunas cuadras, con locales a la calle especializados en la venta de especias, verduras, granos y otros productos, así como comercios gastronómicos y de servicios que incluyen venta de pasajes, atención médica o envíos de dinero en efectivo, por ejemplo.
Aquí se nucleó hace más de 30 años la comunidad proveniente de Bolivia, que se estableció originalmente en los barrios de la zona oeste de la capital argentina, como Flores o Liniers, y hoy también en distritos del conurbano bonaerense como Villa Celina en La Matanza.
"Evo tiene que volver. El pueblo lo necesita y va a luchar por él. Nadie hizo nada por los campesinos como él, porque él es indígena como nosotros. Mi familia está en La Paz y nadie sabe qué va a pasar, hay mucho miedo. Yo les mando plata todos los meses pero ahora no sabemos qué va a pasar con los bancos ni nada", dijo a Sputnik en un castellano áspero Martín Mamane, quien vive en Argentina desde hace ocho años.
Bolivianos viven la crisis a distancia
Este diagnóstico provocó que el expresidente llamara primero a repetir los comicios pero también derivaron en el levantamiento de las fuerzas de seguridad bolivianas, que finalmente propiciaron la renuncia del expresidente en miras de garantizar la paz.
"Los bolivianos estamos indignados, nos duele mucho ver lo que sucede en la tierra que nos vio nacer. Lastimosamente, hay gente que vino muy caprichosa a incitar a la violencia por ambición, son gente que yo diría que están enfermos por lo económico, no les importa la destrucción que están provocando", expresó a Sputnik, con mucha emoción, Carmen, quien junto a su hija está al frente de una pequeña tienda miscelánea en el Mercado.
Carmen pidió a todos sus compatriotas, en especial a los más jóvenes, "que vieron el progreso y no el sacrificio de un presidente indígena", que aprendan sobre la historia de su país, sobre quienes son aquellos políticos y sectores "que hicieron arrodillar a Bolivia, abrieron sus arterias y las dejaron desangrando".
"Yo les digo a todos mis hermanos bolivianos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y viejos, que estamos en nuestra obligación de verificar quiénes son los que están volviendo, en manos de quién estamos poniendo el destino de nuestro país, porque un voto es una decisión muy importante para el futuro. Necesitamos salir del subdesarrollo, hemos sido postrados", dijo.