"EEUU saluda al pueblo de Bolivia por su valiente lucha contra el Gobierno que intentó robar las elecciones y la moderación desplegada por la policía en apoyo al proceso constitucional", dijo el representante permanente de EEUU, Carlos Trujillo.
El diplomático se mostró sorprendido por las denuncias de golpe de Estado.
El embajador terminó leyendo la declaración del presidente Donald Trump en la que felicitó a las Fuerzas Armadas de Bolivia por "mantenerse leales a su mandato".
El domingo 10, luego de varias semanas de protestas y denuncias de fraude, se conoció un informe preliminar de la auditoría de la OEA a las elecciones celebradas en Bolivia el 20 de octubre, que constata diversas irregularidades en el proceso de escrutinio.
De inmediato, el presidente Evo Morales, que había resultado ganador de ese proceso, anunció la convocatoria a nuevas elecciones y el nombramiento de nuevas autoridades electorales.
Morales renunció y el martes se trasladó a México que le concedió asilo político mientras en su país continuaban las protestas, con actos de violencia y vandalismo, y sin claridad sobre quién asumiría el mando del Poder Ejecutivo.
La representante mexicana Luz Elena Baños expuso en el Consejo "seria preocupación por el grave quebrantamiento del orden constitucional de Bolivia, donde ha sucedido un golpe de Estado que México condena severamente".
Baños se refirió a la "profunda consternación" por los hechos y recordó que Morales había reconocido el resultado de la auditoría electoral de la OEA y convocado nuevas elecciones cuando "el ejército le pidió la renuncia".
"Morales renunció para pacificar el país y frenar la violencia", dijo Baños.
La representante de México recordó que la Carta Democrática de la OEA establece que "la subordinación a las autoridades civiles legalmente constituidas es fundamental para la democracia".
México hizo votos para que se pacifique de inmediato el país y se logre una salida democrática mediante elecciones libres y expuso asimismo una encendida defensa del asilo político que ejerció al acoger a Morales, a su exvicepresidente Álvaro García Linera y a la exministra de Salud, Gabriela Montaño.
Uruguay, Nicaragua y varios estados del Caribe se sumaron a la postura de México en cuanto a caracterizar la crisis boliviana como un golpe de Estado, mientras Costa Rica, Colombia, Canadá y Honduras se plegaron a la tesis de EEUU.
En la sesión se debate un proyecto de resolución redactado por Brasil, en el que se saluda el resultado de la auditoría de la OEA, se rechaza la violencia y se pide que el parlamento de Bolivia retome el orden constitucional y convoque a nuevas elecciones.