Obligado o por candidez, el líder boliviano aceptó una auditoría de la OEA, que en fin de cuentas vino hacer las veces de una alzada del Tribunal Supremo Electoral, una injerencia inaudita por parte de un ente cuya legitimidad e imparcialidad está cuestionada en sus cimientos, si Evo pensó en algún momento que los EEUU iban a darle la bendición para que ganara en primera vuelta, su inocencia rayó en el absurdo.
Chávez y Maduro, han dejado un legado a la historia de la democracia mundial: no tener miedo al veredicto del Pueblo y más en momentos donde la existencia de la patria está en juego, se han convocado 25 comicios en 20 años, y nadie, salvo un disociado, puede poner en tela de juicio el carácter profundamente democrático, participativo y protagónico de la Revolución Bolivariana.
Bolivia en la actualidad está sumido en un vacío de poder, en razón de la renuncia de toda la línea sucesora constitucional, que conlleva convocar elecciones en un plazo de 90 días, lo que implicaría aceptar la renuncia por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional y dejar al menos por un instante la violencia, para que puedan incorporarse los legisladores a sus curules, sobre todo los del MAS.
Sin embargo, el mundo ha cambiado mucho y cada vez es más difícil crear este escenario, no es que no quieran, es que no pueden éstos criminales hacerlo, por lo que usar la masacre del MAS y sus aliados, sería abrir la puerta de una guerra civil, porque a todas éstas, el Pueblo humilde aún no ha salido a defenderse.
Este escenario sería ideal para los halcones del Pentágono, no obstante es el menos probable, los humildes han resistido estoicamente y han seguido directriz de su líder, por lo que el escenario de un Evo, de un sustituto o de un outsider es un futuro proceso electoral, es la única solución democrática y constitucional, por cuanto eliminar la opción ganadora electoral, no haría más que echar gasolina al fuego.
Por último, me gusta citar a Henry Kissinger (que para nada es de izquierda) aquella frase "los hombres de estado serán juzgados por la historia en función de su habilidad para asumir los cambios y, sobre todo, por su capacidad por preservar la paz", aún hay Evo para rato y volverá hecho millones como Tupac Katari, por ende por ahora, lo más importante es preservar su vida y a la de los suyos.