Bolsonaro "quiere mostrar a EEUU quiénes pueden ser los mejores aliados para ayudar a los americanos con sus intereses políticos, económicos y militares en la región, por eso creo que de hecho hay una gran posibilidad de que haya estado involucrado en los sucesos de Bolivia", dijo el legislador, líder de la bancada del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en la Cámara de Diputados.
"No es solo una posición subalterna, es una posición de acción", añadió el representante.
Inestabilidad
En esta misma línea, Pimenta advirtió de que la estrecha cercanía de Bolsonaro con el presidente de EEUU, Donald Trump, puede "perjudicar" el protagonismo de Brasil en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
"¿Quién va a querer invertir en un país así?", preguntó.
Pimenta se refirió también a la tensión entre Bolsonaro y el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández.
"Bolsonaro no tiene ningún interés en estabilizar esa relación; se alimenta del conflicto. Toda cuestión polémica la polariza", sostuvo el líder de la bancada del PT en la Cámara de Diputados.
Ya antes de los comicios, el presidente brasileño había dicho que Argentina debería retirarse del Mercosur si ganaba Fernández; tras confirmarse la victoria del candidato opositor, Bolsonaro dijo que los argentinos "eligieron mal" y anunció que no asistirá a la asunción del mandatario electo del país vecino, que tendrá lugar el 10 de diciembre.
Si el presidente de Brasil se mantiene en su postura, será la primera vez desde 2003 que un jefe de Estado del gigante sudamericano no asiste a la toma de posesión del mandatario electo argentino.
Lula
Quien sí podría asistir a la toma de posesión de Alberto Fernández es el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), recientemente liberado de la cárcel luego de que el Tribunal Supremo Federal decidiera que es inconstitucional que alguien esté preso antes de que haya agotado todos los recursos disponibles.
El expresidente de Brasil va a pedir autorización a la justicia para poder asistir a la toma de posesión de Fernández, señaló Pimenta.
El diputado dijo que habló dos veces con Lula luego de su liberación, y que el exmandatario se encuentra "bien", aunque todavía sea todo "medio prematuro".
"Lula tiene muchas cosas para hablar. Hablé de tantas cosas con él que tengo que pensar de qué hablé. Lula sabe todo. Sabe más que nosotros que estamos aquí afuera", aseguró Pimenta.
El legislador destacó que una de las prioridades del exmandatario será recuperar la soberanía de Brasil.
"Lula está preocupado por el tema de la soberanía de Brasil; hubo una ampliación de la influencia política, económica y militar de EEUU en la región; un proceso acelerado de pérdida de soberanía", explicó Pimenta, quien añadió que este tema "va a estar en el centro de la acción política del presidente en el próximo periodo".
A pesar de que la libertad posibilita que Lula empiece a articular la oposición a Bolsonaro con más facilidad y renueve el optimismo en el PT, lo cierto es que de momento no puede ser candidato.
Para que eso ocurriera la Justicia tendría que anular la condena que le impuso el exjuez Sérgio Moro, actual ministro de Justicia de Bolsonaro, y que fue ratificada por una corte de apelación, el Tribunal Regional Federal de la cuarta Región.
La crisis política en Bolivia
La crisis política que atraviesa Bolivia es parte de una estrategia que apunta a modificar la orientación política de América Latina y que se manifiesta de distintas maneras en los diferentes países de la región, dijo el diputado.
"Lo de Bolivia es parte de un escenario más amplio, que involucra un proyecto de alteración de la orientación política de América Latina como un todo", expresó el legislador.
Pimenta dijo que este proceso se dio de manera distinta según los países, ya que mientras en Bolivia respondió a la derrota de la derecha en los comicios, en Argentina, Chile y Ecuador las crisis políticas fueron fruto de la aplicación de políticas neoliberales por parte de los gobiernos.
El ahora expresidente de Bolivia, Evo Morales, dimitió en medio de violentas protestas y luego de que así se lo pidiera la policía y las Fuerzas Armadas.
La renuncia ocurrió pese a que el presidente convocó a nuevas elecciones debido a que auditores de la Organización de los Estados Americanos sugirieron repetir la votación ante la constatación de irregularidades en el conteo de votos en los comicios del 20 de octubre pasado, en los que, según el Tribunal Supremo Electoral, Morales resultó ganador.
Reacción
Para Pimenta, la convulsa situación actual es una respuesta a la "unidad muy fuerte" que supo tener la izquierda hace unos años, cuando gobernaba en los principales países de la región.
"En aquel momento teníamos un proyecto internacional que pasaba por el fortalecimiento del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la creación de una unidad que permitió que pudiésemos, a través de Brasil y de otros países, tener voz en el G8 y el G20, consiguiendo crear un ambiente de negocios que nos retirase de esa dependencia histórica de EEUU y la Unión Europea", observó el diputado.
"Tenemos petróleo, metales de altísimo valor, agua dulce, somos la reserva agrícola del planeta. ¿Dónde están invirtiendo las grandes empresas hoy? ¿Cómo hacés entonces para que América del Sur se integre a esta nueva etapa del neoliberalismo con gobiernos populares y de centroizquierda en todos los países? No cabe", aseguró Pimenta.
Tras la renuncia de Morales, de su vicepresidente, Álvaro García Linera, y de los líderes de ambas cámaras, que los seguían en orden de jerarquía para asumir en el Poder Ejecutivo, el Parlamento de Bolivia tratará de definir este martes una salida legal al vacío de poder en que quedó el país.
Una clave de la transición presidencial está en manos del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Morales, que tiene mayoría calificada de dos tercios en ambas cámaras y no ha dado señales claras sobre si irá o no a las sesiones sucesivas del Senado y la Asamblea Plurinacional que definirían la situación.