"En primer lugar, señalamos que lo que ayer se produjo lo consideramos un golpe (…), el presidente Evo Morales resolvió presentar su renuncia para evitar una guerra civil, por consiguiente es un golpe, porque el Ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional en ese país (...), la postura es reivindicar y demandar el respeto al orden constitucional", dijo el secretario de Relaciones Exteriores en conferencia de prensa en el Palacio Nacional.
En la fundamentación de su postura, Ebrard recordó que antes de los eventos se dio a conocer un reporte de la Organización de Estados Americanos, (OEA) en relación con el reciente proceso electoral.
Sin embargo, después de esa propuesta de elecciones, "el Ejército de Bolivia pidió la renuncia del presidente del presidente".
En consecuencia, la postura que México ha definido y define "es de reivindicar demandar el respeto al orden constitucional y la democracia en Bolivia", subrayó.
En cuanto a la oferta de asilo a Morales, recordó que desde los años 1930 del siglo pasado, "el respeto y compromiso del derecho asilo es un timbre de la política exterior mexicana, que vamos a mantener contra viento y marea".
Morales "presentó la renuncia para evitar una guerra civil, después de que el Ejercito pidió la renuncia del presidente, son los hechos", enfatizó Erard.
Esta secuencia de los eventos "es un retroceso para todo el continente y México debe hacer valer su voz, defender los derechos y las libertades, no pude ser que un Ejército pida la renuncia de un presidente en funciones, es lo que vamos hacer valer ante todos los organismos multilaterales", puntualizó Ebrard.
"Vamos a solicitar en consecuencia una reunión urgente de la OEA, porque, a pesar de la gravedad de los acontecimientos, lo que hubo ayer, frente al pronunciamiento militar y las operaciones policiales, fue el silencio", dijo.
El Gobierno mexicano advirtió que hará valer el derecho de asilo, que ha ofrecido a Morales, un derecho internacional "que no solo lo ha promovido, sino lo ejercido en muy diferentes circunstancias históricas", recordó Ebrard.
El jefe de la diplomacia mexicana dijo que "el primer y esencial artículo que fundó la OEA es la defensa de las libertades y la democracia, cómo entonces se puede guardar silencio ante acontecimientos de esta gravedad", se preguntó.
Respecto al estado de la relación con Bolivia, a la administración de López Obrador está pendientes de qué tipo de Gobierno se configura, "porque no solo se dio la renuncia del presidente sino del vicepresidente, de ministros senadores, senadoras y diputados y diputadas".
"No existe una previsión constitucional para el caso de que el Ejército exija la renuncia del presidente en turno, se entró en un terreno no previsto en la Constitución", explicó Ebrard.
Finalmente, dijo que en Bolivia viven alrededor de 10.000 mexicanos, para lo cual la instrucción para los diplomáticos de este país es "actuar diligentemente para protegerlos".
López Obrador reconoció desde el 10 de noviembre la "actitud responsable" de Morales, quien "prefirió renunciar a exponer a su pueblo a la violencia".
El Gobierno de México pidió la noche del 10 de noviembre respeto a la integridad de su Embajada en Bolivia, en La Paz, tras recibir a 20 personalidades del Ejecutivo y Legislativo de ese país andino en su residencia oficial.
El líder indígena Evo Morales, que llevaba en la presidencia de Bolivia desde 2006, dimitió el 10 de noviembre en medio de violentas protestas y tras petición expresa por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.
La dimisión de Morales desató una situación de vacío de poder e inseguridad con acciones de vandalismo, saqueos, ataques a domicilios y cortes del agua potable en la noche del 10 de noviembre.
Varias naciones, entre ellas Cuba, México y Venezuela, calificaron lo sucedido como un golpe de Estado.