Morales entregó la Presidencia en una jornada muy intensa, después de haber comprobado que los altos mandos del Ejército boliviano le habían retirado su confianza y le habían recomendado que optara por la dimisión para sacar al país del precipicio, pero también para salvaguardar su integridad física y la de los suyos.
"Luego de analizar la situación conflictiva interna, sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia", declaró el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Williams Kaliman, en una conferencia de prensa.
El pronunciamiento castrense fue determinante y cambió el rumbo de los acontecimientos.
Un país la deriva
La crisis ha dejado pues descabezada a Bolivia, entregando el poder en bandeja a la oposición más combativa, encabezada por el líder derechista Luis Fernando Camacho, instigador de las protestas callejeras. Camacho es un abogado de 40 años, oriundo de Santa Cruz de la Sierra, de familia acomodada, apodado "El Macho" por su actitud y sus maneras. Lidera el Comité Cívico Pro Santa Cruz, una organización oligárquica que agrupa a dos decenas de entidades vertebradoras de la sociedad civil de esa ciudad. El historial del Comité es bastante turbio, pues la Federación Internacional de Derechos Humanos la calificó, en un comunicado emitido en 2008, de promover actos de violencia y racismo.
A Evo lo avalan los números
Lo paradójico de esta terrible situación de anarquía es que Bolivia le debe mucho a Morales y su gestión administrativa de casi 14 años. El que fuera el primer presidente indígena de Bolivia, de raíces aimaras (y no de América Latina como se escribe erróneamente pues ese título lo ostenta el mexicano Benito Juárez, de origen zapoteca, que fue presidente de México en 1858), realizó grandes transformaciones en su patria desde que tomó las riendas en enero de 2006.
Después de pasar un mes entero allí, la periodista venezolana Luz Mely Reyes considera que Bolivia es "la Wakanda de América Latina", en referencia a los comics de Marvel que crearon ese país imaginario africano con asombrosas propiedades tecnológicas. "El crecimiento económico en Bolivia se percibía en la calle, pese a que es un país donde hay mucha pobreza. Seguridad en las calles, movimiento general y unas ganas inmensas de seguir avanzando", escribía Reyes en un reciente tuit. La periodista se asombraba, por ejemplo, de que en menos de una década se haya creado un sistema de líneas de teleférico que ha mejorado ostensiblemente el transporte en el área metropolitana de La Paz, uniendo la capital con El Alto gracias a una solución innovadora.
El crecimiento económico en Bolivia se percibía en la calle, pese, a que es un país donde hay mucha pobreza. Seguridad en las calles, movimiento general y unas ganas inmensas de seguir avanzando.
— Luz Mely Reyes (@LuzMelyReyes) November 10, 2019
Evo Morales ha dado un paso atrás pero eso no significa que haya abandonado la política. Consciente de que iba a perder la repetición de las elecciones frente a Mesa, su intención podría ser regresar a la arena política a medio plazo pues sabe perfectamente que dejó Bolivia con buenos indicadores económicos. Su error estratégico consistió en forzar la reelección.