Bolivia ha quedado sumida en manifestaciones de protesta durante más de tres semanas, que han dejado un balance de al menos tres muertos y cientos de heridos. La insatisfacción de una parte de la población tiene que ver con los resultados de las elecciones que se celebraron el pasado 20 de octubre.
El aspirante que ocupó la segunda plaza fue el expresidente Carlos Mesa —gobernó el país entre 2003 y 2005—. Mesa recibió el 36,51% de los votos, es decir, un 10,59% menos que Morales. Los opositores denunciaron fraude electoral, ya que los resultados preliminares mostraban que Morales tenía una ventaja inferior a 10%. Como consecuencia, la oposición decidió no reconocer los resultados del escrutinio.
Bolivia celebró en 2016 un referéndum en el que los votantes se opusieron a la posibilidad de que el presidente pudiera optar a la reelección una segunda vez. De manera que, por voluntad popular, Evo Morales no podía ser candidato a las elecciones del 2019. Sin embargo, el Tribunal Constitucional dio luz verde a esta posibilidad en 2017.
Morales aceptó celebrar nuevas elecciones e inicialmente subrayó que iba a cumplir su mandato hasta el final —el 21 de enero de 2020— porque es su "papel constitucional". Entonces la Policía inició una cadena de amotinamientos a la que se sumaron los manifestantes. Simultáneamente, el comandante general de la Policía Nacional de Bolivia, Vladimir Yuri Calderón, "sugirió" al entonces mandatario presentar su renuncia.
El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Williams Kaliman Romero, también le pidió a Morales que renunciase.
Caos total
Las protestas, que comenzaron el 22 de octubre, se tornaron violentas y hubo víctimas mortales. En esas condiciones, Evo Morales tomó la decisión de dimitir para evitar más sangre en las calles de las ciudades del país.
La reacción no se hizo esperar. Después del anuncio de la dimisión, los detractores de Morales salieron a las calles a festejar. Los medios de comunicación locales informaron sobre destrozos y saqueos. El propio exmandatario informó en su cuenta de Twitter que grupos violentos habían asaltado su domicilio y la casa de su hermana.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 11, 2019
Asimismo, tuiteó que la Policía tenía instrucciones de ejecutar una orden de captura en su contra. Uno de los principales detractores de Morales, el presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, celebró la noticia y agregó que la Policía y los militares estaban buscando al presidente saliente en la provincia del Chapare.
El fiscal del Departamento de La Paz, William Alave, anunció que ordenó la detención de la expresidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Choque, y de su antiguo vicepresidente, Antonio Costas, quien dimitió tres días después los comicios por presuntos delitos electorales. Ambos ya fueron aprehendidos por la Policía boliviana.
La situación en Bolivia sigue siendo frágil e inestable. Tras la dimisión de Morales, le siguieron muchos miembros de su Gabinete. Ahora la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, la opositora Jeanine Áñez Chávez, pretende asumir provisionalmente el cargo de presidenta de Bolivia para convocar nuevos comicios.
En esta situación, los que quieren asumir el poder en el país necesitan buscar la salida constitucional. La Asamblea Legislativa debe aceptar para ello la renuncia de Evo Morales y luego nombrar al sucesor. Pero los miembros de Movimiento al Socialismo (MAS) están en la clandestinidad y no irían a votar a no ser que les obliguen con amenazas.
Luis Fernando Camacho, por su parte, pidió a los bolivianos seguir con los paros durante al menos dos días más, e incluso informó que habría juicios contra el expresidente y otros parlamentarios del MAS. Este paso solo sembrará más caos en un país que ya se encuentra al borde del precipicio.
La lucha sigue
Después de su dimisión, Morales acusó a Camacho y a su rival Carlos Mesa de ser "golpistas y racistas" y puso de relieve que "el mundo y los bolivianos patriotas repudian el golpe". En otro tuit declaró que "los golpistas destruyen el Estado de derecho".
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 11, 2019
Después de su dimisión, Venezuela y Cuba expresaron su apoyo a Evo Morales. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunciaron un golpe de Estado en Bolivia. Entretanto, el ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, informó Evo Morales aceptó la invitación de México para recibir asilo político.
Durante el mandato de Morales, el país andino logró disminuir la pobreza extrema en casi un 20%. Otros logros del presidente saliente incluyen el crecimiento del PIB per cápita en 3,5 veces, así como la reducción de la desigualdad en los ingresos de la población. Hoy en día, Bolivia es uno de los países con mayor crecimiento económico de América del Sur.
"La lucha sigue", dijo el propio Morales.