"Le exigimos a la OEA que deje de inmiscuirse en los asuntos de Bolivia y que propicie la pacificación en lugar de involucrarse en este golpe de Estado", declaró a Sputnik Acosta, parlamentario del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda).
Morales renunció el 10 de noviembre, poco después de anunciar nuevas elecciones generales, a raíz de una auditoría de la OEA que revelaba supuestas irregularidades en los comicios del 20 de octubre, en los cuales el mandatario de origen aymara había ganado con el 47% de votos.
"Como militante de la izquierda salvadoreña y defensor de la democracia, expreso mi apoyo al presidente Evo y condeno este golpe fascista contra la decisión soberana de quienes votaron por su reelección", enfatizó Acosta.
El diputado del partido que gobernó El Salvador de 2009 a 2019 llamó a la comunidad internacional a denunciar este golpe a la democracia en Bolivia, que en su opinión traerá un retroceso social para ese Estado plurinacional.
"Este golpe no es contra Evo, es contra el dirigente indígena que ha reivindicado las luchas de los pueblos contra el neoliberalismo y el imperialismo que busca apoderarse de los recursos naturales, y sumir en la pobreza e injusticia a los pueblos", aseguró a su vez el grupo parlamentario del FMLN en un comunicado.
Varias naciones, entre ellas Cuba, México y Venezuela, calificaron lo sucedido como un golpe de Estado.
Tras la renuncia de Morales y buena parte de la cúpula dirigente, incluido el vicepresidente Álvaro García Linera y la titular del Senado Adriana Salvatierra, la segunda vicepresidenta de la Cámara de Senadores, Jeanine Añez Chávez, reclamó que le corresponde a ella asumir provisionalmente la presidencia de Bolivia para convocar nuevas elecciones.