"En la región se está presentando un estallido social por el proceso de proletarización de las clases medias y bajas", señaló el abogado y economista.
Hasta 2014 hubo un esfuerzo en la región "por reducir los niveles de pobreza y por desarrollar los programas de inclusión social, lo que permitió sacar de la pobreza a más de 180 millones de personas", argumentó.
"El estallido en Chile se produjo de manera violenta, Argentina estalló eligiendo [como próximo presidente] a Alberto Fernández, y en Colombia estalló con un cambio radical en las elecciones regionales al votar la población por un cambio y desamarrar a los partidos tradicionales", repasó el exmandatario.
En Bolivia está planteada la misma inquietud social, "aunque hay que reconocer que el Gobierno de Evo Morales se ha sostenido en términos de la permanencia en el poder porque ha tenido éxito en la parte económica y social", observó Samper.
Que durante las primeras horas no se conocieran los resultados de las elecciones "fue un acto de cordura del Tribunal Supremo Electoral para no crear falsas expectativas y alimentarlas de manera incendiaria con resultados que iban cambiando minuto a minuto", evaluó.
A la espera de la auditoría de la Organización de los Estados Americanos (OEA), deberá aceptarse que Morales consiguió consolidar una mayoría "así sea de un solo voto, pues en eso consiste la democracia".
Factores de la crisis regional
La convulsión que sufren varios países de América Latina tiene entre sus causas la paulatina reducción del Estado que se ha producido de un tiempo a esta parte, observó Samper.
"Redujimos el papel cualitativo y cuantitativo del Estado, que es el gran ausente de los procesos sociales", describió.
A estos dos factores se añaden los escándalos de corrupción que dieron la sensación a la ciudadanía "de que le estaban quitando algo que era suyo".
En la regresión que permitió el ascenso de Gobiernos conservadores influyeron a su vez los errores que cometieron las gestiones progresistas que les precedieron.
En primer lugar, "les faltó creatividad, pues aunque la mayor parte hicieron programas de inclusión social, no supieron leer el futuro ni conectar con la gente joven, que estaba hablando de otros temas en las redes sociales, como el cambio climático, la seguridad económica, la social y la relacionada con la salud, además de otros asuntos como la revolución biotecnología o la genética", enumeró Samper.
El libro "La revancha de Dios" del politólogo francés Gilles Kepel "dice que el castigo de América Latina por no querer cambiar sus conceptos en materia de libertad sexual y de doctrina es la presencia de estas iglesias, que tienen capacidad de llegar con más facilidad a la población y ocupan el lugar que tenía el Estado", ponderó.
Grupo de Puebla
Ante este escenario de deterioro social, político y económico, surge el Grupo de Puebla, un foro progresista de líderes latinoamericanos que se reúne este fin de semana en Buenos Aires convocado por el presidente electo de este país, Alberto Fernández, quien "nos invitó a plantear las bases de su política internacional como acto de apertura de la reunión".
Casi cuatro meses después de su encuentro inaugural en México, el Grupo de Puebla se vuelve a encontrar con el propósito de articular "propuestas progresistas para encontrar salidas sociales y democráticas en la región", definió el exmandatario.
Dado que existen diez organismos de integración subregional en América Latina, el Grupo de Puebla estudia "cómo podrían trabajar conjuntamente estos mecanismos a partir de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)".
Este organismo, cuya presidencia pro tempore será asumida por México en 2020, debería adoptar sus decisiones por un régimen de mayorías simples, pues "el criterio de consenso se convierte en derecho de veto para las minorías", señaló Samper.
Tres ejes de trabajo pueden tener cabida en la Celac.
"El primer desafío de la región es la inclusión social, ya que no somos la región más pobre pero sí la más desigual, al tener fuertes asimetrías en materia regional, social, de género, étnica y entre el campo y la ciudad", profundizó el expresidente.
En segundo lugar, los países tienen que recuperar la cadena de valor de sus economías, que se han visto dañadas por los modelos extractivistas vigentes, puesto "que el comercio intrarregional representa el 20% del comercio de toda la región, cuando en Europa los países europeos comercian entre sí el 70%", comparó.
"Mientras Europa trata de convertirse en nación cuando son 32, nosotros somos una sola nación que no hemos logrado ni siquiera convertirnos en región", indicó.
También será fundamental rescatar la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que defendió la región como zona de paz y área de exclusión de bases nucleares.
La unión aduanera también puede ser clave como escenario en el que compartir "políticas públicas dentro de un nuevo proceso de integración", concluyó quien presidiera este organismo durante tres años.
El Grupo de Puebla es una instancia regional que reúne a 32 líderes progresistas de doce países y que celebra su segunda reunión desde el 8 hasta el 10 de noviembre en Buenos Aires.
También son parte del grupo el excandidato por el Partido de los Trabajadores en Brasil Fernando Haddad, el aspirante presidencial por el gobernante Frente Amplio en Uruguay Daniel Martínez, y el excanciller de Ecuador Guillaume Long, entre otros.
La primera reunión de este foro tuvo lugar del 12 a 14 de julio en Puebla, México, cuando se sentaron las bases para su creación.