"Quiero decirles, hermanas y hermanos, a todos, a Bolivia y al mundo, no voy a renunciar. Nuestra posición (es que) somos electos con el pueblo", declaró Morales ante centenares de campesinos y otros seguidores en un acto de inauguración de una escuela en el pueblo de Desaguadero, fronterizo con Perú.
Morales, en su discurso más enérgico desde que estallaron las protestas contra su reelección hace casi tres semanas, llamó a los sectores sociales a defender su victoria electoral del 20 de octubre, que la oposición denuncia como fraude y la Organización de Estados Americanos audita en busca de irregularidades.
"Convoco a todos los movimientos sociales, a todos los sectores profesionales que están con la patria, por la vida, por la igualdad, por la paz, por la justicia social, a defender nuestro proceso de cambio, a defender nuestra revolución democrática cultural, y vamos a defender", dijo el mandatario.
Previamente, el rector de la universidad pública de La Paz, Waldo Albarracín, confirmó a reporteros que la carta "será llevada el lunes al Palacio, no por una persona sino por el conjunto de organizaciones movilizadas, en una gran marcha".
El Gobierno de Morales, enfrentado a la peor crisis política en sus casi 14 años de gestión, denunció un golpe de Estado que pretendería poner fin a los avances económicos, políticos y sociales del "proceso de cambio", para reimponer "un modelo neoliberal sometido al Fondo Monetario internacional".
Albarracín, presidente del Comité de Defensa de la Democracia que integran varios ciudadanos notables y uno de los opositores más radicales, dijo que el frente antigubernamental ha acordado convertir la entrega de la carta de renuncia a Morales en un acto masivo.
Aseguró que esto no era un desconocimiento sino un respaldo al presidente del Comité Cívico de Santa Cruz (este), Luis Fernando Camacho, quien lanzó la iniciativa de llevar a Morales esa carta, para que la firme, y arribó con ese motivo el miércoles a La Paz convertido de hecho en líder nacional de las protestas.
Albarracín informó que delegaciones de universitarios y de comités cívicos de varias ciudades comenzaron a llegar a La Paz para sumarse a los bloqueos de calles y manifestaciones contra Morales.
Las últimas manifestaciones en la capital política boliviana concluyeron en la noche del jueves, por tercera jornada consecutiva, en violentos enfrentamientos de universitarios y otros activistas que pretendían llegar al Palacio de Gobierno con mineros y campesinos que custodiaban el lugar.
La policía intervino en apoyo a los grupos que defendían la sede presidencial y demoró varias horas en dispersar a los manifestantes.
Medios y redes sociales divulgaron este viernes imágenes de la partida de decenas de ómnibus con manifestantes desde por los menos tres ciudades rumbo a La Paz, con gastos pagados inicialmente por las universidades públicas, según dijeron sus respectivos rectores.
Entretanto, la Organización de Estados Americanos realiza una auditoría convenida con el Gobierno para confirmar o desmentir un fraude en las recientes elecciones, aunque la oposición ha retirado su apoyo inicial a esa investigación.