La Misión de observación Electoral de la organización de Estados Americanos (OEA) en Bolivia declaró que, ante la convulsión desatada en el país, convocar a una segunda vuelta es la "mejor opción", independientemente del resultado que arroje el cómputo oficial de los recientes comicios.

El canciller boliviano, Diego Pary, declaró que las denuncias de presunto fraude en las elecciones generales en Bolivia no están respaldadas por ninguna prueba y invitó a la presidenta del Consejo Permanente de la OEA, Rita Claverie Díaz de Sciolli, a visitar ese país sudamericano con un equipo técnico para verificar el escrutinio oficial de las elecciones presidenciales.
Mesa, por su parte, mantenía su llamado a movilizaciones contra un supuesto fraude para eliminar la posibilidad de una segunda vuelta.
La Constitución boliviana exige que, en caso de no lograr mayoría absoluta, el primer candidato presidencial obtenga al menos 40% de los votos válidos, con una diferencia mínima de diez puntos sobre su principal rival, para ser declarado ganador de los comicios.

Morales, por su parte, reiteró el miércoles su proclama anticipada de victoria, denunciando a la vez que las movilizaciones contra el cómputo serían parte de un golpe de Estado de la derecha.
El avance del escrutinio, en el que Morales mantuvo una firme tendencia ascendente en los dos últimos días, había resultado obstaculizado desde la noche del martes por la destrucción de dos oficinas electorales regionales durante las protestas opositoras.