A sabiendas quizá de que la reelección de Trump, con todo y sus grandes defectos, parecía imparable, Nancy Pelosi, una católica ferviente y lideresa de la Cámara de Representantes a mayoría Demócrata, emprendió en forma temeraria y antigravitatoria la 'investigación' para proceder a la defenestración (impeachment) del presidente Trump, quien se encuentra contra la pared por el Ucraniagate: una supuesta llamada al presidente cómico de profesión (literal) Volodímir Zelenski para obtener las tratativas mafiosas de Hunder Biden, hijo prodigo del exvicepresidente y hoy candidato presidencial Joe Biden (católico), a cambio de la ayuda militar por 1.000 millones de dólares, una versión muy similar, pero de mayor alcance letal, que el fallido montaje del Russiagate.
Esto lo saben los Demócratas, quienes quizá, más que el impeachment per se, buscan o bien el desenlace al estilo Nixon, obligado a renunciar, o mancillar al máximo al presidente Trump para provocar un repudio generalizado en la opinión pública y así impedir su reelección.
Parece que el tiempo apremia a los Demócratas quienes han lanzado una fulminante batería de sus tres importantes Comités en la Cámara de Representantes —Espionaje, Asuntos Extranjeros y Vigilancia de las Instituciones— que han citado a cinco funcionarios del Departamento de Estado implicados en el Ucraniagate para acelerar testimonios a puerta cerrada, lejos de los multimedia para así poner en jaque a Trump con sentencias perentorias en las fiestas navideñas y dejarlo herido de muerte antes de las elecciones del primer martes de noviembre del 2020.
El portal WSWS informa que dos de los tres comités están presididos por 'judíos': Adam Schiff, del Comité de Espionaje, y Eliot Engel, de origen ucraniano (sic) —recipiendario de la 'generosidad electoral' de George Soros—, del Comité de Relaciones Exteriores.
Es evidente que Trump y sus feroces partidarios no se encuentran sin municiones y los 'evangelistas sionistas', en la voz del pastor bautista sureño Robert Jeffress, amenazó con una guerra civil.
Sin tapujos, Trump fustigó que los Demócratas buscaban propinar un 'golpe de Estado'.
La fractura entre Demócratas y Republicanos es tremenda y ha alcanzado tintes teológicos dramáticos que enfrentan a los 'evangelistas sionistas' y a los 'católicos' Joe Biden y Nanci Pelosi.
También la comunidad judía de EEUU se encuentra fracturada entre el grupo que controla George Soros, acérrimo enemigo de Trump, y el otro grupo del yerno del presidente Jared Kushner y del atribulado ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
Llamó la atención que el israelí-estadunidense Stephen Miller, consejero político de Trump, comentara que el anónimo (sic) delator (whistleblower) sea un vulgar agente de la CIA que haya operado para beneficiar al Deep State que busca decapitar al presidente.
Justamente un rotativo que opera para el Deep State y que parece haber diluido un tanto su vino, The New York Times, ha puesto en tela de juicio la colusión del anónimo delator (whistleblower) con el israelí-estadunidense Adam Schiff, jefe del Comité de Espionaje de la Cámara y quien es financiado por George Soros.
La imagen de Adam Schiff ha sido demolida debido a su asociación criminal con el contrabandista de armas ucraniano Igor Pasternak.
Trump reviró y acusó a Adam Schiff de haber ayudado a escribir la demanda del delator anónimo implicando que "se trata de una traición" y de un "fraude".
Kara Swisher, —especialista en tecnología digital— reclama que Twitter, el arma favorita de Trump, cierre la cuenta del presidente, ya que, a su juicio, contraviene los reglamentos digitálicos, específicamente la sección 230 de la Enmienda de la Decencia (sic) de las Comunicaciones, en alusión a la guerra civil de los 'evangelistas sionistas' pregonada por el pastor Robert Jeffress y que retuiteó el presidente: "Trump es muy peligroso para Twitter. El presidente viola en forma flagrante las reglas sociales de la plataforma. Es tiempo de excluirlo".
¿Está el Partido Demócrata controlado por la facción de la CIA del megaespeculador George Soros?
Se recuerda que los Bush, pese a ser Republicanos, también 'protegieron' a Clinton de su impeachment por el mancillado 'vestido azul' de su becaria favorita Monica Lewinsky.
Se desprende que los Bush no son muy proclives a los impeachments.
Sin embargo, otro sector de la CIA dentro del Partido Republicano, el de los mormones —donde se encuentran sobrerrepresentados—, capitaneado por Brent Scowcroft —asesor de Seguridad Nacional de los expresidentes Gerald Ford y Daddy Bush— y el fallido candidato presidencial Mitt Romney (cuyo padre nació en la colonia mormón de Chihuahua, México) juegan en las subterráneas aguas turbulentas del impeachmenten contra de Trump.
Lo que si queda prístino es que el Ucraniagate parece haber liquidado las aspiraciones presidenciales del católico Joe Biden debido a las tratativas de su hijo Hunter con la gasera Burisma Holdings de Kiev.
The Washington Post, otro rotativo que controla el Deep State, expone que Trump habló recientemente con China (sic) —sin especificar con quien— para investigar los 1.500 millones de dólares que obtuvo Hunter, el hijo pródigo de Joe Biden, en forma anómala.
Esta llamada de Trump a 'China' es motivo de otro impeachment, según alegan los Demócratas.
¿Un Chinagate yuxtapuesto al Ucraniagate?
¿Tendrá Trump la suficiente resiliencia para soportar tantos escándalos juntos?