"Solicitamos a la Fiscalía General de la República mayor dinamismo en las indagatorias e iniciar acciones legales contra los funcionarios públicos que obstaculizaron el conocimiento de la verdad y cometieron actos ilegales en las investigaciones", dijo una de los madres de los desaparecidos, Hilda Hernández Rivera.

También exigieron, en un breve acto de media hora, que la Defensa Nacional tenga "apertura para que sus elementos implicados sean investigados y se deslinden responsabilidades".
La noche del 26 de septiembre de 2014 y la siguiente madrugada, cinco autobuses con un centenar de estudiantes fueron atacados por patrullas policiales de Iguala y municipios vecinos, con el resultado de seis personas muertas, entre ellas tres estudiantes, 25 heridas, algunas con secuelas para toda la vida, y 43 detenidos que fueron entregados al grupo criminal narcotraficante Guerreros Unidos y que están desde entonces desaparecidos.
Las familias reclamaron al Congreso, en la primera ocasión en cinco años que fueron recibidas en un pleno de la cámara baja, a que "exhorte a todas instituciones para que en el mismo marco de sus competencias aporten sus esfuerzos a las investigaciones y busquen a los 43 estudiantes desaparecidos".
"Queridos hijos, los llevamos en el corazón y no descansaremos hasta encontrarlos, así tengamos que dar la vida", dijo Hilda Legideño Vargas, también madre de otra de las víctimas.
Las familias confían en el compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador para esclarecer el caso, mientras su antecesor Peña Nieto "cerró las puertas y fracasó en la investigación, al anunciar en enero de 2015 la llamada "verdad histórica", dijo Legideño Vargas.
"Es necesaria la verdad y la justicia, no se pueden cerrar estos sucesos, horror e impunidad, si no hay verdad", exclamó.
El Gobierno de México ofreció este jueves recompensas por casi 77.000 dólares por cualquier información sobre los 43 estudiantes de la escuela normal de maestros de Ayotzinapa, y más de medio millón de dólares por uno de los presuntos atacantes.
El agresor buscado es Alejandro Tenescalco Mejía, uno de los principales integrantes del grupo delictivo que operó la noche de los ataques, a la sazón policía municipal de Iguala, que nunca fue detenido.