"Denunciamos que los enemigos de la paz han empezado a usar el logo de nuestro partido difundiendo comunicados (...) que generan confusión y pánico dentro de la población; haciendo creer que el partido FARC y las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo) son lo mismo", indicó el movimiento a través de un comunicado.
La FARC sostiene que esos panfletos "son una estrategia de los guerreristas" para usarlos en su contra en el marco de las elecciones locales de octubre próximo y para "poner en el blanco" a miembros y militantes del partido, "buscando pretextos para seguir" asesinándolos.
El comunicado se dio luego de que en redes sociales se conocieron supuestos panfletos del partido FARC que ofrecían el apoyo a un candidato del municipio de Villa Hermosa (Tolima), lugar en el que, según esos textos, dicho colectivo también incitaba a que se realizara "limpieza social" (asesinatos), así como también en las regiones de Prado, China Alta y Ronces.
Márquez, exnegociador de paz de la guerrilla y a quien se observó en el video junto con el legislador y excomandante de FARC Jesús Santrich (buscado por Interpol), señaló que "la continuación de la lucha guerrillera" se da "en respuesta a la traición del Estado a los acuerdos de paz de La Habana", firmados en noviembre de 2016 y que permitió la desmovilización y desarme de los integrantes de FARC a mediados de 2017.
Tras conocerse ese video, el Consejo Político de FARC rechazó el rearme y aseguró que la mayoría de los cerca de 11.000 desmovilizados continúan el proceso de reintegración.
"Este consejo se conformará con 100 personas destacadas por su actividad en bien del país, por su pulcritud moral, que son postuladas por el pueblo a través de los núcleos bolivarianos que tengan las mayores votaciones y luego se consulten en secreto y acepten esta responsabilidad", explicó en el video Jesús Santrich.
El Gobierno colombiano ofrece una millonaria recompensa por Márquez y Santrich, a quienes señala de permanecer en Venezuela bajo el amparo de la administración de Nicolás Maduro, ante lo cual el líder chavista sostiene que la culpa del rearme es del mandatario colombiano, Iván Duque, al modificar el Acuerdo de Paz suscrito en noviembre de 2016.