"Denunciamos que la extranjerización de la tierra en manos de menonitas y brasileños es la que ha traído esa lógica industrial que provoca el desmonte a costa de la vida", dijo en un comunicado el Consejo Nacional por el Cambio (Conalcam), que agrupa a sindicatos, organizaciones vecinales y otros grupos oficialistas.
No había una reacción inmediata del sector empresarial, que suele alquilar extensas parcelas a agricultores extranjeros, principalmente brasileños, para la producción de soja en el departamento oriental de Santa Cruz.
"Demandamos la investigación y correspondiente sanción de quienes están cometiendo el crimen de provocar esos incendios para usarlos con fines políticos", dijo el comunicado leído por el secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Juan Carlos Huarachi, al cabo de una reunión del Conalcam con Morales.
Oficialistas y opositores intercambiaron duras acusaciones desde que los incendios comenzaron a crecer sin control en el Bosque Seco Chiquitano cruceño, convirtiendo al desastre en tema central de la campaña hacia las elecciones generales del 20 de octubre.
En respuesta, Morales apuntó que los incendios no se habían producido en Beni y negó que los chaqueos hubiesen sido provocados por autorizaciones excesivas de ampliación de la frontera agrícola en favor de millares de pequeños productores campesinos.
El pronunciamiento del Conalcam, en línea con declaraciones gubernamentales, señaló que "los intentos de culpar a las comunidades (por los incendios) solamente ocultan que más del 90 por ciento de las tierras en desmonte en el país terminan en manos empresariales y no de comunidades".
Sobre la concentración popular en Roboré, la ciudad cruceña próxima a las áreas de bosque más afectadas por el fuego, el Conalcam dijo que será un acto de "defensa de la Madre Tierra" y de "rechazo al resurgimiento del racismo" promovido por la derecha política en Santa Cruz.
Entretanto, el Gobierno informó que continuaban las tareas de apagado del fuego en varias provincias de Santa Cruz, en una operación sin precedentes en el país por la cantidad de recursos movilizados: más de 7.000 personas y flotillas de aviones, helicópteros y diversos vehículos terrestres.
Los focos de calor en esa región, que eran más de 8.000 a mediados de agosto, se habían reducido a menos de 400 hasta el pasado fin de semana pero eran frecuentes los rebrotes del fuego, informó este martes el ministro de Defensa, Javier Zavaleta.