"Dado que Estados Unidos es responsable de acoger y organizar la próxima cumbre del G7, es horrible que el presidente Trump parezca obsesionado con invitar a Vladímir Putin a regresar, mientras Rusia continúa ocupando por la fuerza Crimea, interviene en nuestras elecciones e inicia una nueva carrera armamentista", dijo Schumer citado por el periódico The Hill.
El regreso de Rusia al G7 solo "demostrará la debilidad del presidente Trump frente a Putin y sus oligarcas y hará que Estados Unidos esté menos protegido", añadió.
Según Schumer, la cumbre del G7 en Biarritz fue otra "oportunidad perdida para el presidente Trump de mostrar la fortaleza de Estados Unidos y unir a los socios globales clave para abordar los numerosos desafíos que enfrenta nuestro planeta".
Trump declaró el 26 de agosto que "por supuesto" invitaría a su homólogo ruso, Vladímir Putin, a la próxima cumbre del G7, que se celebrará en 2020 en el país norteamericano.
Putin dijo antes que Rusia considera útil cualquier contacto con los países miembros del G7 y no descarta la reanudación del formato G8.
La canciller alemana, Angela Merkel, a su vez, condiciona el formato del G8 a avances en la solución de la crisis ucraniana.
Según Macron, Francia y sus socios consideran necesario dialogar con Rusia, aunque países miembros de la cumbre no han logrado un consenso sobre el retorno de Rusia a la plataforma.
Rusia comenzó a participar en las cumbres del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Japón y Estados Unidos) a mediados de los años 90 e ingresó como miembro de pleno derecho en 2002, con el grupo pasando a llamarse G8.
La participación de Rusia fue suspendida en 2014 por los líderes de los otros siete países en medio de las tensiones por la crisis de Ucrania y la reincorporación de Crimea a Rusia.