"Es una limpieza social… los comerciantes crearon y dieron el carácter a este mercado, es el único lugar del Reino Unido donde se puede sentir el ambiente latino y será muy triste si desaparece", explica a Sputnik Julián Chávez, abogado y asesor voluntario de la comunidad del también llamado Wards Corner.
Tiendas de productos ultramarinos, peluquerías, boutiques, locutorios, una carnicería, pastelería, ferretería, cabinas de cambio de divisas y transferencia de remesas, cafés, restaurantes … se multiplican en un laberinto de pasillos con altas techumbres junto a la estación de metro de Seven Sisters.
Monitores proyectan imágenes de un partido de la Liga (de fútbol español) y el telediario de una cadena española. Un comercio de telas africanas, un puesto iraní y otro de Guyana son las pocas excepciones en este minifundio latinoamericano, dominado por colombianos.
"Somos una comunidad, una familia, una cultura; un refugio para los viejitos y parada esencial para los sudamericanos recién llegados a Londres", señala Paula Álvarez, la última de varios hermanos colombianos que emigraron a la capital británica cuando la guerrilla asesinó a su padre, hace 24 años.
La mayor, Vicky, lleva dos décadas peleando por salvar el Pueblito Paisa que ella misma contribuyó a crear en la planta baja de los almacenes imperiales Ward, un edificio de ladrillo con grandes ventanales en el piso superior.
El local pertenece a Transport for London (TfL) —entidad controlada por el alcalde de la ciudad— y será demolido si finalmente sale adelante un controvertido plan municipal para construir un centro comercial y 196 pisos, de los que ninguno será de renta social.
"El proceso es muy duro, TfL es un gigante y nosotros una hormiga, pero en la unión está la fuerza y lucharemos hasta el final", afirma Álvarez, quien se unió hace dos años a la causa liderada por su hermana.
La campaña culminará en una fase decisiva este otoño, cuando el ayuntamiento valorará un Plan Comunitario de restauración del mercado y el Tribunal Superior de Inglaterra y Gales atenderá una querella presentada por los comerciantes, según adelanta a Sputnik el exconcejal de Haringey, Stuart McNamara.
"Hasta ahora no ha habido voluntad política de proteger la cultura hispanoparlante, ni transparencia en el proceso, pero el Plan Comunitario conserva el patrimonio arquitectónico e impide que desaparezca el ambiente latino; tiene amplias posibilidades", sostiene Chávez.
Se espera también el resultado de una revisión del proceso de regeneración del Wards Corner, que el Ayuntamiento emprendió ante la cadena de protestas, deficiencias y presuntas irregularidades.
A los inquilinos del Pueblito Paisa les respaldan dos informes de los relatores de la ONU para las Minorías étnicas, Derechos culturales e Infancia, de 2017 y 2019, que reconocen y denuncian el 'riesgo' que supone el plan oficial de regeneración para la comunidad latina de Haringey.
Como señala a esta agencia el exconcejal McNamara, la destrucción del Latin Village "pondría en evidencia el fracaso completo del alcalde de Londres, Sadiq Khan, en apoyar y proteger la comunidad latina pese a sus promesas electorales, y sería una vergüenza que permitiese que eso ocurra".