"En la pampa se han identificado cerca de 200 sitios arqueológicos, entre caminos, petroglifos, geoglifos, terrazas agrícolas; y los más resaltante ha sido un conjunto de 34 geoglifos (...) que creemos que fueron ejecutados como una forma de culto al agua", dijo el arqueólogo.
Este conjunto de geoglifos datan de un período entre los años 500 antes de Cristo y 500 después de Cristo y corresponde a la cultura Majes-Siguas, simultánea a la cultura Nazca en el departamento de Ica (sur), famosa por estas construcciones sobre todo zoomorfas.
"Hemos hallado 11 tipos de geoglifos [...] Los más abundantes son los que tienen forma de zig-zag, aunque también hay representaciones zoomorfas, antropomorfas y campos barridos", explicó Villegas.
La razón por la cual estas figuras se conectan con cultos al agua es por su ubicación en las quebradas secas de la pampa, por donde baja el agua de los ríos cuando éstos se desbordan por fenómenos climáticos, explicó el arqueólogo.
Villegas observó que estos cultos no necesariamente obedecían a pedidos de los antiguos pueblos por evitar castigos naturales, pues el descenso violento de agua en la zona también traía el enriquecimiento de los suelos, por tanto es posible que los geoglifos hayan tenido como fin atraer el agua.
Sin embargo, toda posible finalidad en la construcción y el uso de los geoglifos se maneja a nivel de hipótesis, aclaró.
En cuanto a las dimensiones de los geoglifos, los de mayor tamaño son los campos barridos, espacios de los que se retiraron las piedras existentes, creando un área limpia, de color y textura distinta al territorio circundante, con una extensión cercana a los 100 metros de largo por 20 metros de ancho.
"En la época del proyecto Majes no existían regulaciones sobre restos arqueológicos y es probable que se hubiesen hallado más geoglifos que hagan esta zona comparable con los geoglifos de Nazca", opinó el experto.
Aún sin límite para el término de las exploraciones y estudios, los geoglifos de la Pampa de Majes tendrían que ser posteriormente puestos en valor por el Ministerio de Cultura y lograr que el visitante tenga acceso a una de las zonas arqueológicas más ricas del sur de Perú.