Según los datos del Instituto —dependiente del Ministerio de Ciencias, Tecnología, Innovación y Comunicaciones de Brasil— la deforestación de la Amazonía aumentó un 88% en junio de 2019 en comparación con los datos del mismo periodo de 2018. La investigación advierte de que se deforestaron en junio 920,4 kilómetros cuadrados, pero el líder brasileño no está de acuerdo.
"Nuestra sensación es que [los datos] no se corresponden con la realidad y que parece que [el presidente del INPE] sirve a los intereses de alguna ONG", ha dicho el propio Bolsonaro tras hacerse públicos los datos.
Carlos Alexandre Wuensche, uno de los investigadores del INPE, durante una entrevista con Sputnik ha sido duro con el mandatario brasileño.
"Lo importante es la palabra que ha usado el presidente. Ha dicho que tiene la 'sensación' de que esos datos no son correctos que el INPE no dice la verdad. Es absurdo. En la ciencia no existen las sensaciones. No existen las sensaciones en el tipo de servicio que prestamos. Existe la eficiencia, la metodología y un trabajo muy serio", ha dicho.
Wuensche, que también fue jefe del gabinete de la dirección del INPE, ha asegurado que de esos datos ya se había informado a todo el mundo.
"Son datos abiertos y que cualquiera puede comprobar. Ninguno de esos datos acaba en la prensa sin antes someterlo a discusión en el Ministerio de Medioambiente. El INPE nunca anuncia nada por su cuenta, sino que se lo comunica todo al ministro de Ciencia y Tecnología", ha dicho, y ha asegurado que es lo que se hizo, también, en esta ocasión.
La canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron, han expresado ya su preocupación por la política ambiental del Gobierno de Bolsonaro. El presidente se ha mostrado desde los primeros pasos de su carrera política contrario a la restrictiva legislación medioambiental de su país.