"Se han iniciado múltiples cambios en México que no han culminado; sin embargo, se pueden notar en el combate a la corrupción, la rehabilitación de Petróleos Mexicanos [Pemex, estatal], y la formación de la Guardia Nacional, como nuevo cuerpo para la seguridad pública", dijo a Sputnik el historiador Enrique Semo, asesor del mandatario.
Empero, considera que el principal desafío del mandatario es "combatir a fondo la desigualdad, para que se pueda hablar de una verdadera transformación social", plantea como meta el octogenario investigador.
El líder de la izquierda nacionalista compara a su movimiento con la Independencia, la Reforma que separó al Estado de la Iglesia en el siglo XIX y Revolución Mexicana de principios del siglo XX, para bautizarlo como 'La Cuarta Transformación (4T)' de la historia nacional.
Semo alertó que, si bien es cierto que el presidente ha logrado "cambiar el rumbo del país", su triunfo electoral aún no alcanza el rango histórico que proclama.
"El juicio final para considerarlo una transformación comparable con aquellos hitos, vendrá cuando culmine su sexenio [en 2024], para saber si ha ocurrido una verdadera cuarta transformación de país", sentenció.
Semo explicó que ninguno de los héroes de aquellas gestas calificó de antemano del rango histórico de sus movimientos.
En cambio, admitió que "el presidente expresa una profunda y grande aspiración; pero son los hechos los que nos dirán si tiene bases y echa raíces históricas".
En cuanto al estilo personalista del mandatario, Semo expresó: "Los caudillos siempre han existido en la historia latinoamericana; pero no es la mejor forma de ejercer el poder: soy partidario de una democracia representativa, activa y popular; pero si a través de esa forma se logran los cambios necesarios, ni modo".
El autor de decenas de obras de la historia mexicana y regional señaló que, "ante el riesgo de la concentración excesiva del poder, la función importante recae en los otros poderes y en la sociedad".
Mitos y realidades del cambio
Por su parte, el profesor de comunicación política de la jesuita Universidad Iberoamericana, Rubén Aguilar, dijo a Sputnik que "la 4T es parte del mito de gobierno, para jugar con una idea más imaginaria que real".
El autor de libros sobre el desarrollo de la sociedad civil señala que el cambio más notable es "un cambio radical en el ámbito de la comunicación del presidente, mediante la construcción de la agenda mediática, con sus conferencias de prensa cotidianas".
En segundo lugar, alertó que el líder de 65 años "hace un esfuerzo extraordinario por restablecer el modelo del viejo sistema presidencialista, que predominó en el siglo XX, cuyo prototipo es Luis Echeverría, que gobernó de 1970 a 1976".
Aguilar, impulsor del grupo de evaluación ciudadana 'Proyecto Futuro XXI', señaló que un tercer elemento es "el abierto intento por deshacerse de todos los organismos autónomos que significan contrapesos", por ejemplo el Instituto de Evaluación Educativa.
Junto con ese esfuerzo, "ataca a las estructuras de la sociedad civil organizada, que son otro factor de equilibrio del poder omnímodo", afirmó.
Finalmente, aseguró que el presidente ha ordenado "desplegar a 17.500 funcionarios públicos llamados 'siervos de la nación', como estructura nacional que construyen padrones de programas sociales, pero perfilada como su nueva estructura de base electoral", con logotipos bordados con la figura del líder, a cuenta del gasto público.
Al mismo tiempo, alcanzó una enorme fuerza legislativa sin oposición, "para convertir sus intuiciones y ocurrencias en policía pública".
Aun así, buena parte de sus compromisos de campaña no los ha cumplido, sostuvo.
"Incluso ha ido actuado en contra de sus promesas, como desmilitarizar la seguridad y regresar a los militares a los cuarteles, incluso violando la Constitución", sentenció Romero.
El académico, doctorado por la Universidad Complutense de Madrid, es parte de un grupo de expertos que advirtieron al Senado el peligro de crear una Guardia Nacional con más de 50.000 efectivos procedentes de las Fuerzas Armadas.
"Lo hace a costa de la administración pública, de sacrificar su capacidad y eficacia, con el pretexto de la austeridad y del combate a la corrupción", aseguró el autor.
La distribución de dinero en efectivo, "con la idea de reducir la violencia al incorporar a los jóvenes y reactivar el mercado interno, busca construir una base electoral sólida", explicó el investigador.
Finalmente, señaló una ironía: el presidente estadounidense Donald Trump ha podido imponer a México su política migratoria.
Romero terminó citando una paradoja: "López Obrador quería ser progresista, respetar los derechos humanos y proteger a los migrantes; pero aceptó ejecutar la política migratoria que le encantaría a la ultraderecha europea".
El acuerdo migratorio México-EEUU será evaluado por la Casa Blanca el 26 de julio.