Según remarcó el mismísimo mandatario norteamericano, la velocidad de un acuerdo no es lo prioritario porque las partes quieren ver si pueden hacer un trato "realmente completo". Si Estados Unidos no busca darse prisa en el proceso de desnuclearización, Corea del Norte tiene todavía más razones para no hacerlo.
No puede suceder una desnuclearización completa de Corea del Norte antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, declaró en una entrevista con Sputnik el analista de origen coreano de la Academia de Ciencias de Rusia, Evgueni Kim.
El proceso será paulatino y empezará con el desmantelamiento de establecimientos vinculados con el programa nuclear norcoreano, añadió.
Esta condición —primero, elecciones; después, la desnuclearización— es muy importante y significa mucho para la supervivencia del Gobierno de Kim, recalcó. Existe una posibilidad tangible de que otra persona llegue a la oficina del presidente de EEUU y decida romper todos los acuerdos con Pyongyang, lo mismo que Washington ahora hace con Irán.
"En este caso Corea del Norte haría el ridículo: se quedaría sin armas nucleares y sin acuerdo. Pyongyang actuará con cautela y esperará a que se celebren las presidenciales. Decimos que Corea del Norte debe tener cuidado al recordar el ejemplo de Irak y Libia que mostraron su debilidad y luego fueron destruidos", proclamó.
El experto dio como ejemplo el caso de República Democrática Alemana que formaba parte del bloque socialista del Pacto de Varsovia. La URSS lo abandonó y, como consecuencia, el país fue devorado por la Alemania del Oeste. Hoy en día nadie recuerda los logros de la RDA, apenas se recuerda que existió.
Seguramente Corea del Norte va a contar con garantías de seguridad, pero al mismo tiempo es cierto que la desnuclearización completa no tendrá lugar durante el mandato actual de Trump, volvió a subrayar el especialista. El éxito del proceso, añadió, también requiere el cambio de la posición de EEUU respecto a la península de Corea y a Asia Oriental en general.
Es posible que antes de los comicios las partes lleguen a una hoja de ruta para que el proceso pueda ser concluido después de las elecciones. Solo entonces Pyongyang estará seguro de que Washington no le atacaría, mientras EEUU se asegurará de que Corea del Norte habrá dejado sus aspiraciones nucleares.
Una táctica bien pensada
Donald Trump ahora puede decir que él es el primer presidente de EEUU en ejercicio en haber pisado el territorio de Corea del Norte y luego puede jugar esta carta en las próximas elecciones presidenciales de 2020.
La decisión de Trump de celebrar una reunión con Kim Jong-un después de protagonizar la cumbre G20 en Osaka (Japón) tomó desprevenidos a todos. Incluso, según parece, al propio líder norcoreano. Pero el entrevistado asevera: la idea fue planteada con antelación.
Según Evgueni Kim, es poco probable que la decisión fuera espontánea. Los norcoreanos, continuó, también disponían de cierta información sobre la visita por lo cual se estaban preparando para ella. Cuando Kim Jong-un expresó su sorpresa por la llegada de Trump a la Zona Desmilitarizada de Corea fue solo un elemento de un 'show'.
"Inicialmente Trump decía que quería reunirse con Kim para decirle 'hello' y nada más. Estaba previsto que pasaran 15 minutos conversando, pero en realidad estuvieron 53 minutos que es un tiempo suficiente para una conversación entre dos líderes", señaló.
Acordaron crear grupos de negociaciones que empezarán a trabajar en los asuntos que causan la preocupación tanto de Kim como de Trump. Empezarán a discutir estos temas para acercar los puntos de vista de los dos países.
Otro momento importante en las recientes negociaciones fue la presencia del secretario de Estado, Mike Pompeo, y la ausencia del consejero de Seguridad Nacional, John Bolton. Es notable porque las citas anteriores fueron preparadas por los funcionarios que se especializan en inteligencia y seguridad.
Esta vez la tarea de llevar a cabo la reunión se encomendó a los diplomáticos después del fracaso de la cumbre en Hanói. El futuro de las negociaciones será determinado por los especialistas en política exterior.
"Es que los diplomáticos tienen una actitud diferente a la de los militares y efectivos de inteligencia. Estos últimos ven uno a otro como enemigos, mientras los diplomáticos se consideran uno a otro como socios", indicó.
¿Hay lugar para mediadores?
En el pasado Corea del Sur jugó un importante papel de mediador en la organización de las cumbres de Singapur y Hanói. En particular, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, explicó a ambas partes cómo comunicarse, destacó el analista.
"Parece que las autoridades surcoreanas no lo entienden completamente. Pyongyang y Washington no ven a Seúl como mediador. Trump es una persona que no quiere deber nada a nadie. No quiere formar parte de coaliciones porque no desea tomar en consideración la opinión de la mayoría", dijo.
Trump quiere construir relaciones con cada una de las naciones por separado. Esto tiene que ver con que cada uno de los países del planeta tiene individualmente un poder económico y militar inferior a EEUU. Si desarrollaran sus relaciones con Estados Unidos agrupados en una alianza, podrían competir con él, agregó.
"Es cómodo para Estados Unidos agarrar a alguien por el cuello y obligarlo a hacer lo que quiera. Si alguien ayuda a Washington, EEUU se lo agradece, pero no considera que le deba algo", puntualizó Evgueni Kim.
Moon Jae-in estuvo ausente en la reunión. Por lo cual, parecía que Moon no era el líder de su país, sino un auxiliar de Donald Trump, expresó.
"Si Trump quisiera, podría haber invitado a Moon a tomarse una foto conjunta, pero con su comportamiento demostró que Washington no necesita consejos de nadie. Corea del Sur, siendo un país independiente, no puede hacer ningún paso en relación al norte sin permiso de Estados Unidos. Y Pyongyang lo tiene claro", concluyó.