"Es un gran honor estar con el presidente Putin […]. Tenemos una relación muy, muy buena, y vamos a pasar juntos un rato muy bueno. Van a salir muchas cosas muy positivas de la relación. ¡Así que, muchas gracias, Vladímir!", dijo entusiasta y emocionado Trump al inicio del encuentro con Putin.
Algo con lo que a su turno el jefe de Estado ruso afirmó estar de acuerdo y manifestó que sus respectivos equipos han estado trabajando juntos desde la cumbre de Helsinki. Asimismo, agradeció la "gran oportunidad" de verse otra vez con su homólogo estadounidense.
"Ambos son los países más poderosos del mundo y tarde o temprano tienen que llegar a un punto de acuerdo sobre los grandes temas. Además, en una reciente entrevista en el Financial Times, Putin ha reconocido que Donald Trump, más allá de los métodos tan raros o tan complejos que utiliza, es un triunfador y ha conectado con buena parte de la población norteamericana, sobre todo cuando las élites liberales que han regido los destinos de EEUU en los últimos años no han hecho absolutamente nada por mejorar el país y ha tenido que venir Trump para retomar algunos de los temas fundamentales que afectan a esta nación", observa el experto.
"Señor presidente, ¿le dirá a Putin que no interfiera en las elecciones de 2020?", fue la pregunta impertinente que lanzó una periodista estadounidense a Trump. Algo que el inquilino de la Casa Blanca no pudo más que tomarlo a broma:
"Claro que sí" le respondió, y a continuación se dirigió al líder ruso entre risas diciendo "No interfiera en las elecciones, por favor". Y de inmediato enfatizó su broma. Apuntó a Putin con el índice de su mano derecha y le repitió: "No interfiera en las elecciones", a lo que el presidente ruso devolvió una sonrisa.
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Todo el tiempo dio la impresión de que el presidente Trump le ha encontrado su punto G al G-20 y parece disfrutarlo. Así, arrancó las risas de los primeros ministros de Japón y la India, Shinzo Abe y Narendra Modi. Previo al inicio de la reunión, los tres se alinearon posando ante los fotógrafos, que les pidieron que se dieran un apretón de manos, lo que generó dudas sobre cómo hacerlo y en qué orden. Entonces, Trump a pura espontaneidad encontró la salida: ofreció su puño a los primeros ministros, quienes le siguieron el gesto entre risas.
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Algo que para el analista "parece cómico, pero es trágico a la vez".
"El único líder al que Trump ha mostrado respeto en esta cumbre ha sido a Putin. Al resto les ha mandado a callar, les ha sentado en su silla, les ha dicho lo que tienen que hacer. Es decir, a la hora de la verdad se ha demostrado quién manda en el mundo, y quién es capaz de oponerse", concluye el Dr. Sergio Fernández Riquelme.