Gracias a su gran alcance, carga de combate y precisión, los F-4 eran un enemigo formidable en el cielo y en los primeros cuatro años al servicio de la FFAA de Israel abatieron 11 aviones enemigos.
No obstante, hubo adversarios que incluso el F-4 Phantom no pudo contrarrestar, puesto que eran literalmente inalcanzables para este caza. Curiosamente, estos adversarios eran de procedencia tanto soviética como estadounidense.
Sorpresas de la URSS
En los años 70, la URSS aún seguía usando aviones de reconocimiento Yak-25RV, que ya en aquel entonces podían volar a una altitud de 21 kilómetros: prácticamente el doble de lo que vuelan los aviones comerciales modernos.
Así, cuando estos aviones de reconocimiento sobrevolaban la península de Sinaí eran inalcanzables gracias a su extrema velocidad y altitud de vuelo.
En noviembre de 1971, los israelíes idearon un plan especial para interceptar a los MiG-25 que provenían de territorio de Egipto, señala Dario Leone, colaborador del medio The National Interest.
El plan consistía en modificar varios F-4 Phantom, quitándoles todos los equipos que no fueran esenciales para mejorar sus prestaciones de vuelo. Y los equiparon únicamente con los misiles de mayor alcance que tenían.
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Según explica Leone, se esperaba que los F-4 pudieran ser avisados con la suficiente antelación como para poder despegar, subir a su altitud de vuelo máxima de 13 kilómetros y lanzar los proyectiles mirando hacia arriba. Sin embargo, este plan fracasó en repetidas ocasiones.
"Estos vuelos eran muy preocupantes para Occidente, no tanto por la información que podían recopilar, sino por las prestaciones que los MiG-25 mostraban durante estas misiones", dijo.
Otro incidente histórico tuvo lugar sobre la propia capital de Israel, Tel Aviv, durante la guerra de Yom Kipur. En aquella ocasión, un MiG-25 superó las defensas aéreas israelíes y dio seis vueltas a la ciudad sin ser abatido.
Tareas de reconocimiento de EEUU
A pesar de las relaciones algo más amistosas que mantenía Israel con EEUU, el país norteamericano también realizaba vuelos de reconocimiento en la región. Así, en los años 60 se empleaban aviones U-2 para monitorizar la central nuclear de Dimona y recopilar otros datos.
El columnista de National Interest destaca que, según algunos informes, el avión de reconocimiento SR-71 Blackbird también se empleó posteriormente sobre el territorio de Israel, pero tampoco pudo ser interceptado por los F-4 Phantom israelíes.
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