Muchos países se han sumado a la llamada 'fiebre del oro'. Sus bancos centrales compraron 145,5 toneladas de oro en el primer trimestre del 2019. En el 2018 sus reservas 'doradas' aumentaron de 375 toneladas hasta 651,5, después de que se realizara la adquisición más grande de oro jamás registrada desde 1967.
Turquía, que también compra oro y disminuye sus reservas de dólares, enseña con estas acciones que no planea quedarse en la alianza con EEUU y la UE y que busca cooperar con los competidores de Washington: Rusia, China e Irán. Kazajistán, Ecuador, Catar, Serbia, Colombia y Filipinas también compran activamente oro y Maier está seguro de que próximamente más países "tomarán este tren".
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La mayor ventaja del oro consiste en que este metal tiene una vida larga y excluye la amenaza de hiperinflación. Durante cientos de años, el poder adquisitivo de oro permanecía estable. Experimentó tan solo un pequeño número de subidas y desplomes a corto plazo. Además, Washington es incapaz de imponer sanciones al comercio de oro y casi todos los países lo acepten como un medio de pago.