El ejecutivo señaló que el gasoducto ruso favorece la competitividad en el sector energético y que no ve nada de malo en que Estados Unidos desee vender su gas licuado a Europa. Aunque también advirtió de que para devolver el gas licuado a su estado gasístico se libera a la atmósfera más CO2, por lo que resulta menos ecológico que el gas natural de ducto. "A ello se debe añadir que el licuado es más caro que el gas natural ruso", ha recordado.
Rusia va a seguir siendo todavía y a largo plazo un socio geoestratégico para la Unión Europea, ha reconocido.
"Hemos trabajado con Gazprom durante décadas. Cuando llega el frío a Europa y necesitas rápido mucho gas natural, son los rusos los que abren la válvula", ha dicho.
BASF es la empresa química más grande del mundo y su subsidiaria Wintershall, la productora de crudo y de gas natural más grande de Alemania, participa en la construcción del Nord Stream 2. Se pretende que con el gasoducto se garantice el suministro de gas natural ruso a Europa a través del mar Báltico y con destino al país germano.
Contra el proyecto se posiciona también Ucrania, ya que si finalmente se suministra gas por el norte no se suministrará a través de su territorio. También en contra están Polonia, Letonia y Lituania.