Desde los primeros días del Gobierno de Bolsonaro, quienes defienden el medioambiente tienen motivos para estar preocupados: las políticas medioambientales del nuevo Ejecutivo. El nombramiento de Ricardo Salles como ministro de Medio Ambiente se convirtió en un adelanto del camino que iba a seguir el Gobierno, férreo crítico de controlar los recursos naturales y defensor de dar manga ancha a su explotación. Ya lo dijo Salles: el calentamiento global "es un problema secundario". Bolsonaro no quiere darle importancia a la necesidad de conservar ciertas zonas del vastísimo territorio natural brasileño ni las reservas naturales e indígenas. El Gobierno está de parte del sector agrario.
El medioambiente no se limita a los bosques
Luiz Prado es experto en medioambiente y el expresidente de la Fundación de Ingeniería del Medioambiente de Río de Janeiro (FEEMA). Advierte ante todo que el concepto de medioambiente es muy amplio. "Normalmente cuando la gente habla de las políticas de conservación del medioambiente de Brasil, mira a los bosques. Y probablemente es uno de los graves errores de los últimos 20 años", dice.
"No se ha logrado mejorar la calidad de un solo río brasileño. Y el sistema de recogida de residuos y el lugar a donde estos van a parar son asuntos que carecen de control alguno", explica.
Como tema especialmente preocupante, Prado señala la intención de Bolsonaro de convertir la región de Angra dos Reis en un 'Cancún brasileño'. El presidente tumbó el decreto por el que se creaba una estación ecológica que protegía Angra dos Reis y dejó la región a merced de la explotación. "El tipo de turismo que se practica en Cancún no tiene cabida en Angra; se trata de una configuración geográficamente diferente", denuncia Prado. Frente a la propuesta del presidente brasileño, Prado propone convertir los parques del país en lugares que poder visitar conservando y respetando el medioambiente, al estilo de los de Estados Unidos y Alemania. Insiste: es imposible que la propuesta de Bolsonaro se lleve a la práctica.
La víctima principal de la explotación medioambiental brasileña es el Amazonas. Los temores han ido aumentando durante los últimos años, señala a Sputnik Paulo Barreto, ingeniero forestal e investigador en el Instituto del Hombre y del Medio Ambiente del Amazonas (IMAZON). Desde 2012 se está arremetiendo contra las políticas públicas que deberían proteger el medioambiente y existe una tendencia a talar más los bosques.
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Barreto está convencido de que el control del medioambiente contra el que se ha posicionado Bolsonaro es fundamental para protegerlo. "Lo que estamos diciendo proviene de estudios científicos que demuestran que el control es necesario para reducir la tala de bosques", explica.
Talar los bosques del Amazonas será también un problema para el sector agrario
"Parte de la lluvia que llega a otras zonas regiones de Brasil proviene de la humedad que produce el Amazonas (…) Las consecuencias de una menor humedad en otras zonas de Brasil se hará notar en la economía", advierte.
Si no se protege el medioambiente, Brasil "será un infierno"
Mário Moscatelli es biólogo y defensor del medioambiente desde hace más de 30 años. Se muestra especialmente crítico con los intentos del Gobierno de cambiar la legislación medioambiental porque las consecuencias de ello no se harán notar únicamente durante esta gestión de cuatro años, sino durante la próxima generación.
Moscatelli lanza una última advertencia: si el Gobierno de Bolsonaro sigue en la misma dirección, destroza la legislación medioambiental y deshace todo el camino recorrido en el pasado, convertirá "el paraíso, este gran conjunto de biomas y de ecosistemas que es ahora Brasil en un verdadero infierno".