La construcción del innovador rompehielos forma parte de la estrategia de la Federación de Rusia de renovar su flota de rompehielos nucleares que heredó de la URSS y que envejecen rápidamente. En el marco de dicha estrategia Moscú prevé construir dos clases de embarcaciones: LK-60Ya y LK-110Ya.
La flota de rompehielos nucleares de Rusia siempre ha sido el pilar de su presencia en el Ártico.
Este año la flota celebra su aniversario: hace 60 años entró en servicio Lenin, la primera embarcación de este tipo. Desde entonces, la URSS y luego Rusia estuvieron presentes permanentemente en la región del Ártico y en ningún momento cedieron su dominio en esta zona a otros países.
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Potencia geopolítica
La posición geográfica de Rusia determina su interés en el uso de la flota de rompehielos. Este es crucial para que Rusia sea capaz de realizar actividades en el Ártico y otras regiones del norte, añade. Moscú no puede prescindir de los rompehielos en el Ártico. Según Bárinov, lo entendían incluso en la época de zares, cuando aparecieron los primeros barcos de este tipo.
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Rusia es hoy el único país del planeta que posee una flota de rompehielos nucleares de pleno derecho. Otros países, como Canadá, disponen de rompehielos, pero estos son mucho más modestos y no gozan de propulsores nucleares. Todo esto da la impresión de que solo la Federación de Rusia de veras apuesta por su presencia en el Ártico.
La construcción de nuevos rompehielos creará una situación geopolítica y geoeconómica totalmente nueva en la que Rusia podrá aumentar y asegurar su dominio en el Ártico.
Sobre todo, esto tiene que ver con el uso de la Ruta Marítima del Norte, que conecta Europa con Asia y es un trayecto mucho más corto en comparación con sus análogos, como por ejemplo el que atraviesa el canal de Suez y bordea la costa sur de Asia.
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Además, la renovación de la flota de rompehielos rusa es crucial para la posibilidad de suministrar gas natural licuado de los yacimientos en Siberia a los mercados de Europa y Asia durante todo el año.
La flota del futuro
Crear una flota de rompehielos verdaderamente potente no es tarea fácil, pero es una iniciativa muy cara. El valor total del contrato de los tres primeros rompehielos de la clase LK-60Ya alcanza los 1.850 millones de dólares. Pero el alto precio corresponde a la alta calidad de las nuevas embarcaciones.
"Los nuevos rompehielos están hechos de tipos de materiales innovadores. Están construidos con la experiencia acumulada durante muchos años. Además, los nuevos rompehielos son más potentes que las antiguas series y tienen mayor desplazamiento", dijo Bárinov.
El máximo espesor de hielo que puede atravesar depende no solo de la potencia, sino también del desplazamiento de la nave —Ural, por ejemplo, tiene 33.540 toneladas—, prosiguió.
Además, los tipos más antiguos tenían una vida útil de 25 años, mientras que la vida útil de la nueva serie de rompehielos alcanzará los 40 años.
Otra ventaja es la reducción de la tripulación de 150 a 75 personas. Asimismo, el calado de las naves de la serie puede variar lo que le permite operar no solo en los mares, sino también en los ríos siberianos.
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"Hoy en día, las operaciones de los rompehielos nucleares ya se han convertido en algo ordinario. A mí, como persona que trabajó durante 37 años en diferentes rompehielos, no se me ocurre ningún riesgo aparejado al uso de rompehielos nucleares", dijo.
Está previsto que en el futuro la flota de rompehielos nuclear contará con dos naves más de la clase LK-60Ya. Los rompehielos ya botados, Arktika, Sibir y Ural, entrarán en servicio en 2020, 2021 y 2022, respectivamente. Estos sustituirán a las embarcaciones más antiguas que están en servicio desde los tiempos de la URSS.