El gran promotor del Festival fue el Instituto Cervantes de Moscú, cuyo director, Abel Murcia, constató que se avanzó en "una familiarización del público ruso con todo un universo que es el universo de Iberoamérica".
"Yo creo que hemos logrado dar el primer paso, y eso me parece lo fundamental. Ahora toca seguir dando pasos", indicó a Radio Sputnik.
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Fueron versiones originales con subtítulos en ruso, con lo cual se pudo disfrutar del habla iberoamericana, además de adentrarse en el día a día de los países mencionados, siendo la mayoría de las cintas muy contemporáneas.
"Haremos todo lo posible para convertir el Festival en un evento anual", señaló a nuestra emisora la gestora cultural del Instituto Cervantes, Tatiana Pigariova.
La película inaugural y la de clausura se proyectaron en la emblemática Galería Tretiakov de Moscú. Su responsable de proyectos cinematográficos, Maxim Pávlov, prometió que la sala de cine de la entidad siempre estará abierta a acoger las próximas ediciones del Festival de Cine Iberoamericano.
"No tengo ni la menor duda de que las películas latinoamericanas y las de la península ibérica van a tener mucho futuro en Rusia", aseveró.