Ya había abordado en un reciente artículo de que Rusia se posiciona en el Ártico con el apoyo de China y la hostilidad de EEUU y el Reino Unido. El Consejo del Ártico representa un organismo intergubernamental fundado en 1996 por ocho países (Canadá, Dinamarca, EEUU, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia) que incluye a China e India como 'observadores'.
Al final del día, los "ministros de relaciones exteriores de los ocho países del Ártico" que concurrieron a la reunión del Consejo del Ártico en la ciudad Rovaniemi (Finlandia) "solamente acordaron una declaración vaga y corta, sin mencionar al cambio climático".
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El ministro de relaciones exteriores de Finlandia y anfitrión de la reunión, Timo Soini, sentenció que "una mayoría de nosotros contemplan al cambio climático como el desafío que enfrenta el Ártico", en clara alusión a la oposición y la postura nihilista de EEUU.
La "mayoría" de los ocho participantes, entre los que se encontraba EEUU, pues sería de un mínimo de cinco países, para no decir el máximo de siete, lo cual dejó aislado a EEUU.
Tampoco existe consenso del lado estadounidense, ya que Malte Humpert, fundador del The Arctic Institute, con sede en Washington, comentó que la política del presidente Trump, un negacionista del cambio climático, "limita severamente lo que el Consejo del Ártico puede realizar" cuando la mayor parte de su actividad "tiene que ver de una u otra forma con el cambio climático".
También Humpert fustigó la voltereta de Trump: "cualquier cosa que desestabiliza el Consejo del Ártico o limita el trabajo o las tareas que puede hacer sobre el cambio climático definitivamente jugará a favor de por lo menos China y quizá también de Rusia".
Según The Financial Times, los integrantes del Consejo del Ártico, con la obvia exclusión de Washington, sufrieron un "estado de choque" por la negación unilateral de EEUU sobre el cambio climático.
También exasperó el 'tono' del 'evangelista sionista' Mike Pompeo, exdirector de la CIA y hoy secretario de Estado muy pugnaz de EEUU, quien arremetió contra la conducta
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En realidad, lo que más teme Pompeo —quien viene de una acuciante derrota, junto a los halcones John Bolton, Consejero de Seguridad Nacional, y Elliott Abrams (exconvicto criminal del Irán-Contras), por el fracaso del intento del golpe de Estado de Guaidó en Caracas— es la 'asociación estratégica' de Rusia y China para crear la Nueva Ruta Polar de la Seda que disminuiría la logística del transporte marítimo a la mitad del tiempo usual por la otra ruta 'caliente' que pasa por el canal de Suez para llegar al mar Mediterráneo desde China.
En un artículo paralelo, Aime Williams, también de The Financial Times, abulta las "advertencias" de la supuesta doble "agresión" de China y Rusia en el Ártico a la que se refiere Mike Pompeo quien reclamó la "vigilancia" de los países del Consejo de Ártico con el fin de que "estén alertas de la creciente competencia por el poder" en la estratégica región.
Mike Pompeo advirtió que China ha invertido "alrededor de 90.000 millones de dólares en el Ártico desde 2012" y que "estaba desarrollando carriles de transporte en el océano Ártico" con el fin de "establecer una permanente presencia de seguridad china".
El belicoso secretario de Estado adelantó que la Administración Trump "fortalecería" la seguridad de EEUU y su presencia "diplomática" en el Ártico mediante "ejercicios militares" y la reconstrucción de su flota de rompehielos.
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Según Richard Milne, de The Financial Times, el representante especial de China para el Ártico, Gao Feng, respondió en forma tangencial a las críticas de Mike Pompeo al referir que "el negocio del Consejo del Ártico es la cooperación, la protección del medio ambiente, las consultas amigables, así como compartir e intercambiar puntos de vista. Lo cual no está sucediendo ahora".
Milne cita a expertos del Ártico que critican a EEUU por "carecer de un abordaje coherente para la región, mientras que países como Rusia, China y las naciones nórdicas vislumbran a la región como una de sus más importantes áreas de su política exterior".
El columnista aduce que el Consejo del Ártico "tradicionalmente no es usado para discutir asuntos de seguridad y ha intentado promocionarse como un organismo que aborda problemas como el transporte, la exploración del petróleo y los derechos indígenas".
Milne juzga que "el cambio climático está golpeando severamente al Ártico, provocando una extensa reducción en el hielo marítimo en los recientes años", cuando al mismo tiempo el deshielo ha abierto nuevas rutas de transporte, que incluye la ruta norteña de Rusia, y "ha incrementado el prospecto de exploración de petróleo y minerales en la parte más al norte del Ártico".
A juicio del columnista, "la mayor parte del territorio del Ártico no pertenece a ningún país", lo cual es ampliamente disputado por Rusia, y concluye que "la cooperación internacional es crucial para establecer reglas y regulaciones para la región".
The Financial Times conjetura de que el Ministerio de Transporte de Rusia haya cedido el control del Ártico a Rosatom, a cargo de la construcción y operación de los reactores nucleares rusos, significa la modernización de la Ruta Marítima del Norte en el Ártico.
Hoy Rosatom está construyendo ocho nuevos rompehielos que serán operativos a inicios de la década de 2030. Dos países nórdicos, Noruega y Suecia, han mostrado su interés por esta nueva ruta marítima de transporte.
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Trump podrá negar el cambio climático, pero no puede ya evadir la nueva realidad geoestratégica de la asociación 'polar' entre Rusia y China que ha dejado atrás a EEUU en la batalla por el control del Ártico.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK