Patrick Berger, portavoz de Huawei Alemania, responde en una entrevista con Sputnik a las acusaciones hechas por Estados Unidos.
— ¿Planean cooperar con Huawei en la expansión de la red de comunicaciones móviles 5G en Alemania?
— Sin embargo, de acuerdo al embajador de Estados Unidos en Alemania, Richard Grenell, este no es el caso. En una carta al ministro de Economía, Peter Altmaier, escribió que Washington cuestionaría la cooperación de inteligencia entre EEUU y Alemania en el caso de una participación de Huawei. ¿Qué piensa de la carta?
— Es una amenaza concreta y los gobiernos deben discutirla entre sí. Varios representantes del Gobierno alemán, incluida la canciller, ya se han expresado sobre el tema. El antiguo canciller Schröder también ha hablado al respecto. Todos han sido claros. No estamos en condiciones de decir nada al respecto.
No creemos que la seguridad sea una cuestión grave, pero sí la política industrial, económica y geopolítica, y quizás también el propio interés del Gobierno y de los servicios de inteligencia de EEUU en interceptar las comunicaciones. Desde las revelaciones de Edward Snowden, hemos sabido que los servicios de EEUU son muy activos en esta área.
Huawei, por su parte, siempre ha asegurado que no tiene puertas traseras. No compartimos información con el Gobierno chino, no damos información al gobierno de EEUU ni a ningún Gobierno del mundo. Nos aseguramos de que nuestra tecnología sea lo más segura posible para que los datos de quienes la utilizan estén protegidos. Tal vez eso es lo que tanto molesta a Washington. Cuanto más Huawei esté integrado en las redes mundiales, menos espacio para maniobrar tendrán sus propios servicios de seguridad. Es tan solo una especulación, pero parece ser obvio.
— Pero hay una ley china que obliga a las empresas a cooperar con el Gobierno de Pekín en materia de seguridad nacional. ¿Cómo van a enfrentar el problema?
— Es cierto que esta ley existe, pero no se trata de que empresas como la nuestra se vean obligadas a instalar algo así como una 'puerta trasera' en sus equipos y, desde luego, no en redes fuera de China. En cuanto a las leyes, hay que tratar de comprenderlas e interpretarlas con mucho cuidado. Eso es lo que hemos hecho. Hemos obtenido varios dictámenes jurídicos y todos llegan a la misma conclusión.
Además, Huawei Alemania es una compañía alemana. También es el socio contractual de los operadores de red alemanes. Por tanto, se trata de una empresa alemana que no está sujeta a esta ley porque solo afecta a empresas chinas. Al mismo tiempo, afecta a las sucursales chinas de los grupos alemanes al revés. Bajo ciertas condiciones, también tienen que cooperar con las autoridades de seguridad chinas. Existen leyes similares en muchos otros países.
Definitivamente no está permitido que el Gobierno chino nos exija que incorporemos algo en nuestra tecnología que permita el espionaje en Alemania o en cualquier otro lugar del mundo. El propio Gobierno chino lo ha dejado muy claro en varias ocasiones. Los únicos que no quieren ver eso son los estadounidenses.
— Voy a repetir la pregunta. ¿No hay pruebas de que Huawei esté espiando para los chinos? Estados Unidos afirma que tienen pruebas.
— No, no creo que realmente las tengan porque nunca se las mostraron al mundo. Decimos una y otra vez, si ustedes hacen tales acusaciones pongan alguna evidencia sobre la mesa. También leemos en los medios de comunicación que los europeos siguen pidiendo pruebas al Gobierno de EEUU que nunca las presenta. Creo que no existe tal evidencia. Tras las revelaciones de Snowden también quedó claro que la Agencia de Seguridad Nacional nos examinó a fondo, leyó la comunicación de nuestros jefes y desmontó nuestros productos sin encontrar nada.
— El Gobierno alemán ha endurecido una vez más las medidas de seguridad con vistas a Huawei. ¿Cómo valora este paso?
Nuestros competidores, por ejemplo, producen en China e instalan componentes chinos, mientras que nosotros instalamos un gran número de componentes estadounidenses y europeos. Hay que comprender el riesgo que enfrentamos, especialmente en el contexto de las cadenas de suministro y de precio mundiales. En todo el mundo hay desarrollo y producción, así que la seguridad de una tecnología no depende de su origen sino de su naturaleza concreta.
Hace falta definir criterios de seguridad claros y lo que más nos importa es que estas normas estrictas se apliquen a todos, porque la amenaza viene de todas partes. Una vulnerabilidad de seguridad puede ocurrirle a cualquier empresa de tecnología, pero cuanto más de cerca se mire, más probable es que tales vulnerabilidades sean descubiertas y eliminadas a tiempo. Ese debe ser nuestro objetivo.