Durante décadas, el consulado funcionó como una embajada de facto para los palestinos, que ahora serán atendidos por una unidad de asuntos palestinos que dependerá de la embajada y se situará en el edificio de lo que era el consulado de EEUU en la parte oeste de Jerusalén (zona israelí).
"Esta decisión fue impulsada por nuestros esfuerzos globales para aumentar la eficiencia y la eficacia de nuestros compromisos y operaciones diplomáticas", dijo el portavoz del Departamento de Estado, Robert Palladino, en un comunicado.
"Como el presidente [Donald Trump] ha declarado, los EEUU siguen sin tomar una posición sobre el estatus final [de los territorios palestinos e Israel], incluidas las fronteras o los límites", señaló el portavoz del Departamento de Estado.
Los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalén están sujetos a negociaciones sobre el estado final entre las partes [en conflicto]", recalcó.
"La Administración [estadounidense] sigue plenamente comprometida con los esfuerzos para lograr una paz duradera y completa que ofrezca un mejor futuro para Israel y los palestinos", añadió Palladino.
El cierre del consulado, muy simbólico, da la autoridad sobre los canales diplomáticos de EEUU con Cisjordania y la Franja de Gaza al embajador estadounidense en Israel, David Friedman.
El cierre del Consulado de EEUU en Jerusalén se produce nueve meses y medio después de que Trump decidiera trasladar la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, rompiendo con el consenso mundial. Previamente, Washington había reconocido Jerusalén como capital de Israel.
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La comunidad internacional no la reconoce como tal porque la parte este de la ciudad está ocupada por los israelíes y las embajadas se encuentran en Tel Aviv, con excepción de las de EEUU y Guatemala.