Los periodistas no pueden dejar de pasar la ocasión y Bernie Sanders debería saberlo. Donald Trump había lanzado duros ataques a Venezuela, Nicaragua y Cuba desde Florida. El presidente norteamericano no ocultaba su apoyo, no solo verbal, a Juan Guaidó en su pugna con Nicolás Maduro. Sanders estaba obligado a responder sobre el caso tras el anuncio de su candidatura. Y ahí empezó la zozobra.
En Florida será difícil obtener apoyos después de esas declaraciones. El Partido Demócrata local no tardó en precisar la postura oficial de la organización en ese Estado: "Reconocemos a Guaidó y denunciamos la legitimidad de Maduro". La congresista demócrata por Florida y exministra de Bill Clinton, Donna Shalala, tuiteó para marcar su diferencia de opinión con Sanders y manifestó que, por declaraciones como esas, no obtendría la nominación demócrata.
Difiero de @BernieSanders en esta lamentable declaración, Maduro es un dictador y debe irse lo antes posible. @jguaido es el presidente interino y tiene todo mi apoyo. Solo deseo libertad para los venezolanos y trabajo día a día para ayudar a conseguirla. https://t.co/izQnZBcDyb
— Donna E. Shalala (@DonnaShalala) February 21, 2019
A Sanders se le reprochó hace cuatro años su desinterés o incluso desconocimiento sobre asuntos internacionales. Es cierto que él se mueve mucho mejor en la explicación de su política interna, pero esta vez no podrá escapar a ser interrogado sobre problemas más allá de sus fronteras. En ese sentido, ese "eje del mal" nombrado por Trump (Venezuela, Nicaragua, Cuba) le reporta ya dolores de cabeza.
Sanders va a ser, como ningún otro candidato, objeto de búsqueda en archivos y videotecas por sus declaraciones y actitudes en el pasado y su "adaptación" a la actualidad internacional. Bernie Sanders no puede borrar su imagen de activista comprometido con todas las causas que la izquierda de América Latina abrazó en los años 60, 70 y 80, ni su denuncia de la política exterior de Washington en esa época. Muchos le reprochan que precisamente se haya quedado estancado en esos años.
No te lo pierdas: Polémica candidata demócrata para las presidenciales de 2020 en EEUU
Dentro del Partido Demócrata, con ese bagaje se puede llegar a ser Senador o incluso alcalde de Nueva York, como Bill de Blasio, pero alcanzar la presidencia del país y la jefatura de las fuerzas armadas puede ser más complicado.
Críticas a saudíes y a Netanyahu
Un asunto mucho más espinoso y delicado para las aspiraciones de Sanders es su postura sobre el conflicto palestino-israelí. Sanders se ha visto siempre obligado a recordar que él, judío descendiente de familiares exterminados por el nazismo, es 100% pro-Israel, partidario de su derecho a la autodefensa, contrario al boicot hacia ese país y adepto a la fórmula de "dos estados".
Además: Israel, el país que solo entiende el lenguaje de la fuerza
Sus adversarios le critican haber moderado su postura en este asunto y le recuerdan sus declaraciones durante el conflicto en Gaza en 2014, época en la que llegó a pedir el cese de la ayuda norteamericana a Israel. Sanders ha salido al paso de las invectivas de unos y otros declarando que "oponerse a las medidas reaccionarias de Benjamin Netnayahu no le convierte en un activista anti-Israel".
Contra Orban y Putin
Bernie Sanders define también a su particular "eje del mal", en el que reúne a Jair Bolsonaro, Viktor Orban o Vladímir Putin. Pero para hacerle frente, el senador y aspirante a presidir Estados Unidos piensa que su país debe "dejar de ser dominante en el escenario mundial" y centrar su política internacional en colaboración con Naciones Unidas.
"Diálogo y paz", cita como su política exterior ideal.
Bellas palabras que pocos saben definir en la práctica, lo que unido a la ambigüedad general sobre su visión internacional puede convertirse en el pasatiempo más interesante para la prensa en general y sus enemigos internos en particular. Esos rivales demócratas obvian de momento el debate sobre política exterior y se centran en hacerse conocidos robando a Sanders sus "ideas revolucionarias" para la campaña de 2016: sistema de sanidad universal, impuestos para los más ricos, enseñanza gratuita…
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK