Al mismo tiempo, las partes prestan mucha atención a los proyectos de suministro de gas ruso a China desde el Lejano Oriente y a lo largo de la ruta 'occidental'.
Sin embargo, esto no significa que Rusia vaya a abandonar los mercados europeos.
La cosa es que la industria del gas rusa, incluso con cualquier diversificación de las rutas de transporte, no puede depender de un único comprador estratégico, y esto también es una cuestión de seguridad y de precios. Europa está controlada por EEUU, destaca el analista, lo que a su vez representa un peligro para Rusia y su comercio de combustible.
De este modo, Europa perderá la capacidad de chantajear a Rusia con ser el 'único mercado significativo', mientras que Rusia, con su gas relativamente barato en comparación con el gas natural licuado, va a convertirse en un socio mucho más importante.
Un incentivo adicional para superar esta posición negociadora anticuada será también el hecho de que China se convirtiera en el mayor importador de gas natural en el mundo por primera vez en el 2018. El volumen de las importaciones de gas de China ascendió a 125.700 millones de metros cúbicos, lo que supone un 31% (30.300 millones de metros cúbicos) más que en el 2017. Además, esta importación no hará más que aumentar.
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Incluso el disputado proyecto de Nord Stream 2 podría haberse cancelado si Rusia no hubiera mostrado la estrategia de girar hacia Oriente, incluyendo su enfoque en Sila Sibiri, opina el analista.