No obstante, el mandatario espera realizar la transacción sin interrumpir las relaciones del país con el mundo musulmán. ¿Sería eso posible?
En este caso, el experto predice consecuencias severas para Brasil, ya que los países árabes y musulmanes son importantes compradores de carne brasileña.
"Me imagino que Bolsonaro está en cierto modo, posponiendo esta decisión. Porque transferir la embajada sería […] perjudicial para la propia economía brasileña, y no transferir la embajada sería romper una promesa de campaña", dijo el académico en una entrevista con Sputnik Brasil.
Según Raquel Rocha, doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad de Sao Paulo, al Gobierno de Brasil le costará muchísimo cumplir la promesa de la campaña de Bolsonaro de reconocer a Jerusalén como la capital del Estado de Israel.
"Creo que es una promesa que no se cumplirá durante los años del Gobierno de Bolsonaro. Siempre será discutida pero no necesariamente se hará realidad", dijo Rocha a Sputnik.