Según los rumores difundidos por el medio norteamericano, los rusos incluso estaban dispuestos a retirar todos los deshechos hacia su propio territorio para evitar que Pyongyang los usara para crear un arma nuclear.
El director del Centro de Estrategia de Rusia en Asia del Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Rusia, Georgui Toloraya, cree que no hubo ningún plan real sobre la construcción de esta planta nuclear.
Pero para entender la situación actual hace falta conocer el contexto histórico, aclaró.
La Unión Soviética y Corea del Norte firmaron en 1985 un acuerdo para la construcción de una central atómica. A cambio, Pyongyang pasaría a formar parte de otro acuerdo, el Tratado de No Proliferación Nuclear. Sin embargo, la República Popular se retiró de él en el 2003.
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Además, la red eléctrica norcoreana necesita una modernización profunda para poder sostener la carga que produce una central nuclear. Una vez que Corea del Norte renuncie a sus armas atómicas, Rusia podrá construir este tipo de infraestructuras, agregó.
En su artículo The Washington Post cita a una fuente estadounidense, mientras que el experto afirma que la información solo pudo haber surgido de fuentes norcoreanas. Tampoco es posible que la información provenga de fuentes rusas porque "nadie pudo decir esta tontería". Entretanto, los norcoreanos pudieron haber lanzado la noticia para provocar cierta reacción de EEUU, declaró.
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Aspiraciones gasísticas
El gigante gasístico ruso Gazprom presentó su plan detallado de gasoducto tanto a la parte surcoreana como a la norcoreana. Sin embargo, Seúl se negó a continuar por razones políticas, indicó.
El proyecto pudo haber sido realizado e incluso hoy podría ser llevado a cabo. El mercado y los precios han cambiado y el proyecto necesita un nuevo enfoque, pero es completamente realizable, explicó Toloraya. Los norcoreanos tienen la disposición de ser parte del proyecto, añadió.
"Algunos creen que quieren robarse el gas, pero no tiene nada que ver con realidad. Solo quieren recibir pagos por el tránsito de gas. Siempre se han mostrado a favor del proyecto porque este no es capaz de 'contagiar' ideológicamente a nadie, como es el caso de algunos otros proyectos trilaterales", dijo.
Desde el punto de vista del entrevistado, los surcoreanos tienen que ser los que promuevan el proyecto, pero temen a la presión y las sanciones por parte de Estados Unidos, concluyó.