El presidente de Venezuela se prepara para asumir el 10 de enero su nuevo mandato sexenal por el que fue reelecto con el 67% de los votos en los comicios del 20 de mayo de 2018. En las Américas, 13 de los países del Grupo de Lima han desconocido el resultado de dicho proceso electoral, junto con EEUU y la Unión Europea, y han llamado a que en el país se lleve a cabo una nueva consulta.
Estas palabras no cayeron bien a 20 expresidentes de la región, que suscribieron un comunicado de la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) una misiva en la que manifestaron su recelo a las palabras del sumo pontífice, particularmente el llamado a la concordia, ya que a su criterio "puede entenderse ello como un pedido a los pueblos que son víctimas para que se acuerden con sus victimarios".
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"Me parece muy sensato lo que plantea el papa. Plantea básicamente el encuentro, la concordia, y evitar cualquier situación de violencia para que entre todas las partes lleguen a un acuerdo", indicó a Sputnik el activista social cristiano Gustavo Vera, presidente de la ONG argentina 'La Alameda'.
"Un grupo de expresidentes quiere obligarlo a tomar partido a tono con lo que está pidiendo el señor Trump. Claramente el papa no va a hacer lo que le dicte Trump. Va a hacer lo que le dicte su corazón y su conciencia, que es llamar al diálogo entre todas las partes", agregó Vera, una figura muy cercana al sumo pontífice.
Asimismo, subrayó ante los representantes diplomáticos que "la Santa Sede no busca interferir en la vida de los Estados, sino que su pretensión no es otra que la de ser un observador atento y sensible de las problemáticas que afectan a la humanidad, con el sincero y humilde deseo de ponerse al servicio del bien de todo ser humano".
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En ese sentido, destacó el rol activo de Francisco para apaciguar distintos conflictos y tensiones recientes en el mundo. Entre estos, Vera citó el proceso de paz en Colombia, el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y EEUU, el cese de los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán en la escalada de 2016, el fin de la guerra civil de la República Centroafricana y el acercamiento con la República Popular China.
"Naturalmente es un tendedor de puentes y puede jugar ese rol. Hay muchos que están interesados en que el papa no lo haga: hay sectores interesados en desestabilizar a determinados países porque no son del agrado o del paladar del señor Trump, que sigue tratando de regimentar lo que considera que es su patio trasero", opinó Vera.
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Las acciones del Vaticano, afirmó Vera, no solo se guían por el apego al diálogo dentro de los países y entre ellos, sino también por la doctrina social de la Iglesia católica, que "llama a estar del lado de los más pobres, los más excluidos y desposeídos". El papa Francisco se ha mantenido cercano a los movimientos sociales de América Latina, lo cual le ha valido críticas desde algunos sectores.
"Es lógico y normal que el papa Francisco, como otros papas en otras épocas, tenga nexos y contactos con otras organizaciones sociales que están vinculados a sectores más sufrientes de la sociedad. Esto no tendría que llamar la atención", aseveró.
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En su discurso de Navidad, manifestó su aspiración de que los sectores enfrentados en Nicaragua "se redescubran hermanos, para que no prevalezcan las divisiones y las discordias, sino que todos se esfuercen por favorecer la reconciliación y por construir juntos el futuro del país".
En su carta al papa, los 20 expresidentes reconocieron la "buena fe" de tal expresión, pero le indicaron que "está siendo interpretada de un modo muy negativo por las mayorías de Venezuela y Nicaragua". En el mensaje, denunciaban que "lamentablemente no existe" en esos países "una democracia normal o deficiente".