Antes se informó de 25.000 manifestantes.
En la capital francesa y otras ciudades, las protestas van acompañadas de enfrentamientos con agentes de orden público.
En París, la policía utilizó gas lacrimógeno en varias ocasiones.
Los manifestantes, que visten chalecos amarillos fluorescentes, protestaban en un principio por el alza en los precios de los combustibles y los impuestos relacionados, pero luego sus reivindicaciones se extendieron a otras demandas sociales.
Las manifestaciones han derivado en enfrentamientos con las fuerzas del orden, destrucción de edificios y automóviles, saqueos y otros hechos violentos.
A las protestas en Francia se unieron también estudiantes y liceístas.
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