La Unión Europea está en un proceso de crisis institucional y de descrédito por parte de sus propios miembros. Lo afirma el jurista David Romero Díaz, quien incide en que sus ciudadanos están viendo que este proceso de integración del bloque está cada día más totalmente separado de las aspiraciones, deseos, inquietudes y necesidades de sus habitantes.
Para el analista, "los vientos a favor de la soberanía, de la identidad, de la libertad y de la reivindicación del Estado-nación como aquel Estado donde la soberanía pertenece al pueblo, que celoso de ese poder soberano, se niega a entregárselo a organismos supranacionales".
Según Romero Díaz, estos vientos provenientes del Grupo de Visegrado que se han ido extendiendo a otros países, como pueden ser Eslovenia, Austria, e incluso a Italia –a quienes está invitando a sus reuniones– se están trasladando a Europa occidental.
Romero Díaz señala que "es verdad que este viento a favor de la soberanía y de reivindicación del Estado-nación frente a un proceso de integración europea que se está realizando a espaldas de la ciudadanía, se ha trasladado ahora a Francia".
"En Francia, la quintaesencia europeísta que representa Macron y el movimiento 'macronista' a favor de los 'Estados Unidos de Europa', se está extendiendo a otros países, como puede ser en España con Ciudadanos". Así, "el descrédito de la promesa de Macron contra la soberanía de los Estado-nación se está viendo con los chalecos amarillos: el pueblo se está alzando, no sólo contra la medida inicial de la subida de los carburantes, sino también contra otras medidas que van en contra de sus intereses".
El analista señala que esta situación "también se ha visto materializada en las elecciones generales suecas. Los votos y los 'asientos' a favor del Partido Demócrata y la elección de un primer ministro reacio a las políticas social-demócratas" así lo constatan.
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En este sentido, el analista sostiene que en Reino Unido incluso está habiendo una tendencia de volver a repetir el referéndum. "Es curioso que en esta Europa occidental, que tanto intenta ser la más democrática del mundo y dar lecciones de democracia, cuando se hacen consultas populares, y las respuestas a esas consultas no suelen ser la que quiere el establishment, éstas se repiten sine díe hasta que obtenga una respuesta que coincida con los intereses de este establishment. Esto sucedió por ejemplo con los referéndums continuos de adhesión a la UE en Noruega, el caso de la Constitución Europea, y posteriormente el Tratado de Lisboa", concluye el analista.