El índice S&P 500, que agrupa a las mayores empresas cotizadas de EEUU, cayó un 7,1% en una semana. El Dow, un 6,9% y, el Nasdaq, un 8,4% en siete días. El viernes 21, el Dow Jones cayó un 1,82%, situándose en 22444,59 puntos. El Nasqad un 2,99%, situándose en 6332,99 puntos. La misma suerte corrió el S&P 500 durante el viernes negro, que perdió de golpe 2,06% y acabó con 2416,67 puntos.
Además, no todos los inversores están seguros de que la política monetaria de la Reserva Federal esté siendo la indicada.
"Parece que la Reserva Federal está determinada a continuar subiendo la tasa de interés, a pesar de las crecientes señales de la ralentización del crecimiento global", explicó Alec Young, director de mercados globales de FTSE Russell, citado por el portal Market Watch.
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Si llega a ser el caso y los inversores se ponen nerviosos, el mes de diciembre de 2018 será el más complicado desde la Gran Depresión de 1931.
Los analistas del banco estadounidense Goldman Sachs ya avisaron en octubre que en la primera mitad de 2019 la bolsa de EEUU dejaría de ser una herramienta de apoyo para la economía estadounidense y que se convertiría en un obstáculo.
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