Joseph Harvey, presidente y director de inversiones de Cohen & Steers, destacó, citado por el portal Business Insider, el aumento en volumen de dólares más rápido desde 2007 en la actividad de compras apalancadas (LBO, por sus siglas en inglés), que se produce cuando la adquisición de una empresa se realiza con ayuda de una gran parte de deuda externa para alcanzar la suma necesaria.
Su idea la comparte también Michael Fredericks, jefe de inversiones de BlackRock, que hizo hincapié en las enormes cantidades de apalancamiento que se están acumulando en el mercado de EEUU y afectan a la salud continua del ciclo actual.
Los argumentos tanto de Harvey como de Fredericks involucran a empresas de capital privado y se centran en un apalancamiento exorbitante.
Asimismo, Jim Paulsen, director de inversiones del Grupo Leuthold, expresó preocupaciones similares respecto a un riesgo creciente que podría venir de la nada y sorprender a los inversores.
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JPMorgan también argumentó que los niveles récord de la deuda en EEUU son un claro indicio de un ciclo tardío. La empresa ve tiempos difíciles por delante, al menos en los mercados de crédito.
"El récord de endeudamiento de las empresas de EEUU y de algunos mercados emergentes, así como la consiguiente baja calidad crediticia (…) indican la vulnerabilidad de este mercado", dijo John Normand, director de la estrategia fundamental de activos cruzados de JPMorgan.
Cuando los inversionistas ignoran las señales de advertencia y siguen temiendo perder más ganancias, pueden acabar sorprendidos. Es posible que se necesite un evento catastrófico en el mercado para despertar a los inversores de su autocomplacencia.
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