Trump y su propio 'día de la marmota'

Aunque la cita en la ciudad luz había sido anulada por su propio anfitrión, para que nada eclipsara su fiesta, en esta ocasión fue presuntamente desde algún despacho de la Casa Blanca donde se accionó al pulgar hacia abajo. Entonces, los medios del frente antirruso habían estado bastante activos en vísperas de aquella reunión de París hablando de la amenaza rusa, y en particular, del ciberespionaje ruso en EEUU y Europa.

Y lo que tenemos ahora no es muy distinto: es otra reunión entre Putin y Trump que no ha llegado a consumarse. En un reporte titulado "Trump canceló reunión con Putin en el G20", se puede concluir que por razones internas Trump temía celebrar este encuentro y necesitaba un buen pretexto para cancelarlo. Y este pretexto ha sido, como detalla la cadena estadounidense, "la crisis naval entre Rusia y Ucrania".   

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Como en otras tantas ocasiones, la versión de Occidente sobre el incidente es bastante distinta. "Ucrania impone ley marcial en regiones fronterizas con Rusia: ¿qué significa esto?", se pregunta la CNN en otra crónica dedicada al tema, que hace que a la audiencia le cueste entender el motivo de la anulación de la cumbre Putin-Trump, porque queda claro que el conflicto del que habla el medio –que ya tiene sus años–, no es una novedad para Washington. Tampoco se entiende a qué se refirió Trump cuando dijo que quiere que antes de celebrar un encuentro con Putin, los buques ucranianos y sus tripulaciones deben regresar a Ucrania.

Se puede entender que un encuentro Putin-Trump no se perfila en un futuro cercano. Porque está claro que se lleva a cabo una investigación y un juzgado ruso dictó dos meses de cárcel a un grupo de militares ucranianos que, según el Kremlin, cruzaron ilegalmente la frontera rusa. Por eso todas las exigencias de devolver a los militares ucranianos suenan como pura propaganda política que tiene poco valor a nivel práctico. Esto, sin embargo, no impide que Occidente siga respaldando incondicionalmente a Ucrania.

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