El G20, que representa el 85% del Producto Interno Bruto mundial (PIB) tiene tres miembros latinoamericanos: Argentina, Brasil y México, el primero de América Latina en organizar en 2012 una cumbre de este foro.
Tras el colapso de la Unión Soviética, el G7 comenzó a invitar a Rusia a algunos cónclaves para atraerla al seno de Occidente a través de su participación en estos encuentros de altos mandatarios, que pasaron a llamarse G8 por unos años.
Pero a partir de 1997 la economía internacional comenzó a sufrir algunas sacudidas, a cuenta de la crisis asiática de ese año que se inició en Tailandia y se extendió después a Malasia, Indonesia y Filipinas hasta casi alcanzar a Corea del Sur.
Instigada por este contexto de crisis, el rublo ruso puso en jaque la economía de ese país en 1998.
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A finales de ese año la depreciación del real brasileño, que volvió a estremecer la economía internacional, llevó a que Alemania y Canadá propusieran la configuración del G20, que en ese momento se constituyó como encuentro de ministros de Finanzas y presidentes de Bancos Centrales, a fin de encontrar solución a los desafíos financieros de aquel momento.
Así se conformó este G20, que en realidad está conformado por 19 países más un representante de la Unión Europea.
Un capítulo aparte merece España, que no integra este grupo pero asiste a estos encuentros como invitada financiera.
A raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria de 2008, la reunión anual del G20 convocó ese año a sus máximos representantes en lo que se convirtió en la primera cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20, y que se celebró Washington.
Desde entonces todos los encuentros de alto nivel del G20 fueron protagonizadas por los presidentes de cada uno de los países que lo integran.
A medida que la crisis financiera perdió impulso, la agenda del G20 se volvió más abstracta y general, a la vez que comenzó a abarcar más asuntos de índole diversa.
Actual cumbre del G20
La presente edición del G20 que se celebra en Argentina tuvo su antesala en la reunión del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico (APEC) celebrada el 17 y 18 de noviembre en Papúa, Nueva Guinea, que por primera vez desde su creación, hace varias décadas, no llegó a un documento final de consenso por la posición intransigente de EEUU y el malestar de China.
Como principales representantes de una Unión Europea (UE) que logró esta semana la firma de las condiciones del Brexit que establecen la salida de Reino Unido, se presentan el presidente francés Emmanuel Macron, muy desgastado en su propio país, y la canciller alemana Angela Merkel.
También adquirió protagonismo el posible cruce entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, sospechoso de haber ordenado el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado de su país en Estambul.
Sobre el gobernante de facto saudí se abrió una causa judicial en los tribunales argentinos a cargo del magistrado Ariel Lijo, que pidió información sobre la inmunidad diplomática que concierne a Bin Salman durante su estadía en el país, aunque el vicecanciller argentino Daniel Raimondi advirtió este jueves que el príncipe heredero goza de total inmunidad como representante de un país soberano.
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Otro de los asuntos geopolíticos que sobrevuelan la cumbre es la detención por parte de Rusia de tres barcos ucranianos con 24 tripulantes a bordo en el estrecho de Kerch (Crimea), lo que provocó que el Gobierno de Ucrania declarase el estado de excepción en varias regiones.
En este último año se reunieron diversos grupos de afinidad que concitaron en sus más de 50 reuniones a los funcionarios de los países participantes: Business — Negocios (B20), Civil 20 (C20), Labour — Trabajo (L20), Science — Ciencia (S20), Think tank– lobbies (T20), Women — mujeres (W20), y Youth — Juventud (Y20).
El flujo de esos encuentros se canalizó a través de dos delegaciones: el canal de Finanzas, liderado por el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, y el canal de sherpas o representantes, coordinado por la jefatura de gabinete de ministros.
12 áreas de trabajo
El debate interministerial en este 2018 se enfocó en 12 áreas de trabajo:
— Anticorrupción: el Grupo de Trabajo Anticorrupción trazó un plan de acción con iniciativas sobre transparencia en el sector privado y público, sectores vulnerables y cooperación práctica.
— Comercio e inversiones: en su reunión de septiembre en Mar del Plata (este), los ministros defendieron la promoción de cadenas globales de valor agroalimentarias inclusivas y la revitalización del sistema internacional de comercio.
— Desarrollo: se invitó a invertir más en el cuidado de la primera infancia, con propuestas para contribuir a un hábitat sostenible y a que los negocios sean inclusivos.
— Educación: se propuso trabajar con el grupo anterior para avanzar en la innovación tecnológica como una transformación social, el desarrollo de habilidades para un futuro de trabajo inclusivo y se sugirió la mejora de la gobernanza de habilidades mediante un enfoque integral de gobierno.
— Economía digital: se invitó al fortalecimiento de políticas que fomenten un acceso a la digitalización que permita reducir la brecha digital de género, y se solicitaron iniciativas para medir la economía digital y para acelerar la infraestructura digital.
— Finanzas: los ministros elaboraron un documento que reúne más de 80 propuestas sobre inversión pública, impuestos, innovación o regulación financiera.
— Salud: se apoyaron las medidas para la eliminación de antimicrobianos, se rescató el Decenio de Acción de las Naciones Unidas sobre la Nutrición (2016-2025) y se propuso fortalecer los sistemas de salud.
— Sustentabilidad climática: creado por la presidencia argentina para esta cumbre, el grupo pidió abordar el desarrollo de infraestructura resiliente para combatir el cambio climático que permita crear empleo, la promoción de estrategias bajas en emisiones de gases de efecto invernadero a largo plazo, y la coordinación de los flujos de financiamiento orientado a estos propósitos.
— Transiciones energéticas: este sector tuvo por prioridad la transición hacia sistemas energéticos más flexibles, el fortalecimiento de la eficiencia energética y las energías renovables, el acceso a la energía en América Latina y el Caribe, la reducción de los subsidios ineficientes a los combustibles fósiles y la transparencia de la información energética.
Se espera que el documento final en el que trabajarán los líderes del G20 recoja varias de estas propuestas.