"Quizás esta sea una apertura" para que China y EEUU "reconozcan que hay necesidad de descomprimir" la relación entre ellos, señaló Malcorra, ministra de Exteriores de Argentina entre diciembre de 2015 y junio de 2017.
Como eje de su presidencia del G20, Argentina planteó varias cuestiones que conciernen a todos los países: mercado del trabajo, infraestructura del desarrollo y futuro alimentario, con una agenda transversal de género que atañe a todos los asuntos que serán abordados.
"Lo que hace al mercado de trabajo implica iniciar un grupo de trabajo compartido entre todos los actores, porque lo que es interesante en todo esto es que todos los países estamos preocupados" puntualizó Malcorra.
Algunos análisis culpan a la globalización por la problemática que ocasiona el desplazamiento del trabajo, algo con lo que la exministra de Exteriores argentina no está totalmente de acuerdo.
En ese contexto, el futuro del trabajo se presenta como "un problema compartido entre todos, porque no se pueden construir muros" de contención contra la tecnología, continuó.
De esta manera, la cumbre del G20 puede ser el espacio idóneo para lograr algún consenso sobre cómo revisar las regulaciones existentes para encarar esa revolución tecnológica, añadió la diplomática.
"Sería un avance para el mundo, que dejaría de hablar de abstractos como la globalización para enfocarse en el imperio de la tecnología", manifestó.
En cuanto a la infraestructura del desarrollo, es atendible el ejemplo del proyecto chino del Cinturón y Ruta de la Seda, mientras que para Argentina, como potencia agroexportadora, es muy importante plantear un futuro alimentario con sustentabilidad, señaló Malcorra.
Cambio climatico
"Ya hemos visto dónde está parado EEUU" deslizó la exministra, que trabajó durante once años en la ONU y fue jefa de gabinete del exsecretario general Ban Ki-Moon (2007-2016).
Si bien "el trabajo que se ha hecho poniéndole foco al cambio climático desde la perspectiva de la energía abre alguna ventanita, lo que va a prevalecer pasa por el tema del comercio internacional", sostuvo Malcorra.
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Por su parte, el analista de investigación y políticas del G20, Pablo Ava, dijo que el documento final suscrito por los líderes del G20 en la conclusión de la cumbre debería reivindicar lo acordado en el tratado de París sobre el cambio climático, dado que "no se cumplieron los objetivos".
Además del mercado del trabajo, el futuro de la educación será otro de los temas que se abordarán en la cumbre.
El analista reconoció el protagonismo que tendrán EEUU y China y su disputa comercial, pero también admitió tensiones entre la Unión Europea y el Mercosur (Mercado Común del Sur) en sus negociaciones por un Tratado de Libre Comercio.
"Estas diferencias ya no se pueden solucionar en el ámbito de la Organización Mundial del Comercio (OMC), cuya reunión (a finales de 2017 en Buenos Aires) terminó por ser un fracaso", admitió el consultor.
"El éxito estará dado por la posibilidad de sostener una reunión del club de las 20 economías más desarrolladas del mundo, lo que es bastante inusual para una época en la que la cooperación multilateral está en crisis", consideró.
El hecho de que EEUU y China puedan reunirse en un encuentro bilateral "ya marca la posibilidad de un éxito concreto", añadió Ava.
"Probablemente el resultado de una reunión bilateral o multilateral no será el fin de las tensiones entre ambos países, pero puede ser el comienzo de un nuevo marco de trabajo que puede darle más impulso a otros acuerdos", aventuró.
El G20 está integrado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EEUU, Francia, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, el Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.